jueves, 27 de enero de 2011

NUESTRO HOMENAJE A TRES MESES SIN NESTOR

"Mi tumba no anden buscando,

porque no la encontrarán,

mis manos son las que van

en otras manos tirando.


Mi voz la que va gritando,

mi sueño el que sigue entero,

y sepan que sólo muero,

si ustedes van aflojando.

Porque el que murió peleando,

vive en cada compañero."

domingo, 23 de enero de 2011

LA VIVIENDA SOCIAL ARGENTINA (Primera parte).

                            La Vivienda Social Argentina.
                    Entre el hacer y el no hacer del Estado.



I Parte

                                                                                                                          
                                                                                                                    Arq. Susana Salvatierra
                                                                                                                 Comisión de Desarrollo Social
                                                                                                                CARTA ABIERTA TUCUMAN

                                                                                                                                        Enero 2011



Es altamente probable que, los que lean este artículo, habiten en una vivienda. Redondeando, unos serán parte del 9% que alquilan, otros del 76% propietario. Existe un 14% cuya situación no está dentro de las anteriores -y que quizás coincida con el 14% de población NBI- Especialmente para ellos va dedicado lo que sigue.



Cuando pensamos en vivienda, ¿qué viene a la mente? Quizás una imagen de casa, asociada con lo afectivo, lo vivido: la casa de la familia, de los abuelos, la de fin de semana, lo que no tiene precio en el mercado. Para muchos habitantes del país la casa queda en el umbral de lo ideal, la casa de mis sueños. Y es que, para nuestra cultura latinoamericana, la vivienda es y significa un gran logro cuando se piensa en trascender la propia existencia, en echar raíces, sólo superado por el logro de poder dejar a cada hijo la suya propia. La vivienda es el lugar de la intimidad, de libertad, de los afectos, del descanso, de la familia. La mayor parte del esfuerzo de una persona durante su vida es invertido en su vivienda.

La vivienda social como tema de Estado, desde su aparición formal, no ha cumplido un siglo y de política continua, ni 10 años. Una política de vivienda es fundamental si lo que se persigue es una sociedad justa, inclusiva y democrática.

Por ello, el rol del Estado, en materia de vivienda y hábitat, es esencial. Durante todo el siglo XX, los gobiernos oscilaron entre hacer o no hacer, arribando en 2003 a un panorama habitacional de grave deterioro estructural y con urgencia de soluciones a corto plazo. En esta breve reseña de una parte de la historia Argentina, enfocaré en el rol del Estado en materia de vivienda social, a fin de difundir algunos hechos puntuales, rastrear los inicios de ciertos aspectos que considero importantes en la actualidad y aportar herramientas teóricas para repensar y profundizar el proyecto nacional y popular. La vivienda y el hábitat son necesarios, irreemplazables e inherentes a la persona por su condición de ser humano y por eso el Estado debe garantizar a todos los habitantes los medios para acceder a una vivienda digna, si lo que se persigue es una sociedad inclusiva, justa, igualitaria y democrática. ¿Será acaso que, la vivienda y el hábitat, requieren un lugar en el Estado como lo tiene la salud, la educación y el trabajo?

Hasta mediados del siglo XIX las formas de vida de los diferentes sectores sociales, no se diferenciaban demasiado, panorama que cambia abruptamente con la llegada de la masa de inmigrantes. La política del joven Estado nacional, de libre juego de oferta y demanda, construye los hoteles de inmigrantes, donde pueden permanecer corto tiempo, hasta conseguir empleo. La obra pública esta abocada a la construcción de edificios institucionales para la nueva Nación y a la explotación agrícola-ganadera de la pampa húmeda. Así, en las ciudades, prosperan los dueños de casas de renta y conventillos, sin organismos de control que garanticen condiciones básicas de habitabilidad y que regulen los alquileres. En el ámbito rural, siguiendo la práctica de los conquistadores españoles, el Estado cede la tierra vacante –en grandes extensiones- a personas con capital para invertir, afirmándose la estructura del latifundio. Algunos de estos terratenientes, como parte de las instalaciones de producción, construyen alojamientos para la peonada, como en los pueblos de los ingenios azucareros. El Estado pone a disposición las fuerzas de seguridad para el cuidado del capital privado. En este panorama, hacinamiento, insalubridad, alquileres desmedidos, estafas y explotación, son el paisaje cotidiano del obrero y el peón de campo y, como es lógico, expresan su descontento. Los conservadores en el gobierno responden con la ley de Casas Baratas (1905/1945), la promoción al cooperativismo y el apoyo a acciones filantrópicas de empresarios constructores sensibilizados por la problemática o las, menos exitosas, buenas intenciones de las damas de la sociedad de beneficencia, quienes asistían a obreros ejemplares, alquilándoles viviendas mientras residieran con su familia, conservaran el trabajo y cumplieran con la higiene y cuidado de la propiedad, además de otras normas de vida por ellas impuestas.

Con la Ley Caferata (1915) los radicales intentan dar respuesta al ya grave déficit habitacional. La oposición conservadora limitó la cantidad pero no la alta calidad de lo poco realizado. Un ejemplo, el paradigmático conjunto Los Andes (1928) donde el arq. Beretervide propone para la vivienda social espacios comunes de gran calidad, planteando los conceptos de barrio y comunidad como parte del tema de diseño.

Ahora bien, lo hecho hasta aquí es imposible de comparar, cuantitativa y cualitativamente, con lo que se realiza en el 1º y 2º gobierno del Gral. Perón. Él y Evita presumían de producir 17.000 viviendas/año. Y es que había una gran necesidad. Por primera vez, las acciones en materia de vivienda están coordinadas en una política favorable a la mayoría: el Estado benefactor pone a la vivienda en su función social y con rango derecho constitucional . Deja sin efecto la ley de Casas Baratas, las acciones cooperativistas y demás, tomando el Estado la responsabilidad de la producción de vivienda social. El 1º Plan Quinquenal es un hito para el hábitat popular, abarcando a todos los asalariados con mejoras concretas en su calidad de vida. La cantidad de propietarios crece exponencialmente, se otorgan créditos directos a trabajadores, al ser una política de Estado, se generaliza en todo el país. Los debates por entonces giraban alrededor de cuál estilo se debería adherir: chalet californiano o vivienda colectiva moderna , quedaba fuera de discusión si hacer o no hacer. Hasta nuestros días, no se conoce una política de vivienda semejante.

Lo que sigue después, va atado a los vaivenes de las numerosas administraciones, mayoritariamente conservadoras. En los ’60, la remake del libre juego de la oferta y la demanda produce: especulación inmobiliaria, liberación de los precios de las viviendas, aumento de la densidad habitacional, sacrificando la escala barrial, la vida en comunidad, la calidad constructiva y del ambiente. A este período pertenece Villa Lugano, por ejemplo . Un gran número de habitantes que migran desde el interior a las ciudades en busca de trabajo, quedan excluidos del acceso a la vivienda y terminan asentándose en la periferia, a veces asistidos por instituciones autónomas. A fines de los ’60, el Estado organiza esos esfuerzos particulares bajo los planes de Erradicación de Villas de Emergencia y Viviendas Económicas Argentinas. Durante el gobierno peronista de los ’70 en materia de vivienda se produce muy poco. El FONAVI entra en largo período de dudosas inversiones y de mala calidad constructiva. En 1975, en el marco del operativo independencia en Tucumán, se construyen 4 pueblos: Berdina, Maldonado, Cáceres y Moya, con población rural de la zona, separados de otros centros urbanos, el urbanismo de la lucha contra la subversión: …” Donde antes se necesitaba el ejército para controlar la población, hoy sólo con un destacamento de policía es suficiente” …

Durante la dictadura militar, además del genocidio, la oligarquía terrateniente y las corporaciones nacionales e internacionales, deciden que la vivienda social es secundaria a los intereses de la Nación. El FONAVI es manejado a libre criterio de cada administrador provincial.

Con la vuelta a la democracia, la política de vivienda social se nutre de nuevas teorías, se interviene en pequeña escala -unas 200 viviendas por conjunto- se baja la densidad de población y se prioriza al interior del país. La hiperinflación, cierra este período casi siete años.

Durante el neoliberalismo de los ‘90, una vez más, el Estado opta por el juego de la oferta y la demanda. En el marco del remate de las empresas del Estado, el Banco Hipotecario de la Nación Argentina recupera su rentabilidad, gracias a los créditos para vivienda tomados por la clase media. Entonces el gobierno cipayo decide privatizarlo, con resultados nefastos para la mayoría de los habitantes, como el resto de los negociados. Dos fenómenos son destacables en materia de vivienda: por un lado, la vivienda entra en el mercado de la especulación, llegando al precio de un auto 0km; por otro lado, las clases altas comienzan a ocupar los escasos lotes vacante del centro de la ciudad con edificios de alta gama y, paralelamente, la periferia de las ciudades, zonas semirurales de bajo costo, en donde los pobladores han logrado un humilde modo de subsistencia. Los nuevos inversores construyen barrios cerrados y countries, de baja densidad de población, con el apoyo del Estado que dota la infraestructura necesaria y las excepciones al código de edificación, se eleva el precio inmobiliario de zonas deprimidas , expulsando a los humildes que ahora no puede acceder a la ciudad ni a su periferia. Este proceso aún continúa creciendo y sin límite. En cuanto a la vivienda social, los conjuntos de pocas unidades se realizan combinando esfuerzos sectoriales –gremios, mutuales- y fondos estatales -que a su vez provienen de organismos internacionales- El FONAVI aumenta la cantidad de viviendas construidas en las ciudades. La vivienda social es otro de los circuitos de corrupción y, al parecer difícil de erradicar. La baja calidad de vivienda y hábitat es lo habitual para lo que se construyen en esos años.

Desde 1976 al 2002, del total de vivienda social producida en too el país por FONAVI se registra 16,5% durante la dictadura, 26,10% durante en Gobierno Radical, 49,40% durante el neoliberalismo y un 11% en el breve gobierno de la Alianza. Los porcentajes no expresan la calidad de vivienda –en los estándares oficiales de calidad de construcción de vivienda social, la aislación hidrotérmica es requerimiento desde el año 2000- ni vinculan los períodos de tiempo de cada administración, como tampoco lo hecho por otras operatorias.



Continuará…

martes, 18 de enero de 2011

...Respuesta FINAL de Norberto Galasso, a la " respuesta" de Altamira. (sugerimos humildemente al sr. Altamira, tome nota, de las palabras de UN INTELECTUAL Y UN GRAN PATROTA)

Te reitero, pensalo, Altamira, es mucho lo que está en juego.Te contesto, pero este será mi último mensaje, porque carece de

sentido un diálogo entre sordos. Yo intenté hacerte una advertencia,

llamarte a la reflexión, respetuosamente, casi fraternalmente. No te

dije que objetivamente actuabas como un agente de la CIA, ni que

estabas vendido a Magneto y la Sociedad Rural. No. No lo pienso así y

tampoco te lo dije. Te hablé como a un compañero al cual uno le

sugiere que proceda con sensatez -con sensatez revolucionaria, se

entiende- teniendo en cuenta las experiencias de la Argentina y del

Mundo así como los planteos de los grandes teóricos. Tampoco te dije:

“-Dejate de joder contra el gobierno porque los vas a traer a Macri y

a Duhalde al poder y nos embromaremos todos, incluso el Partido

Obrero. Solamente, alerté, como se le aconseja a un amigo: “-Che, dejá

de fumar porque te hace mal y el humo nos perjudica a todos”. Eso,

solamente. Ante esto, vos me contestaste enojado como si no tuvieras

argumentos: “bajeza”, “pozo de inmundicia”, “caradurismo”,

“desvergonzado embuste”, “provocador”, “encubridor”, “con histrionismo

recogido de los bajos fondos”, “profunda bancarrota política”,

“resignación”, “acomodamiento”, “cooptación”, “corruptela”, “cinismo

político” y “vendedor de carne podrida”. ¿Qué tal?



Yo te hablé de movimientos nacionales en América Latina, del

irigoyenismo, del peronismo, de la izquierda nacional, del peligro de

una nueva “Unión Democrática” como las del ‘45 y ‘55, del peligro de

desestabilizar a un gobierno que no es el enemigo principal. Y vos me

contestaste hablándome de Kornilov, allá lejos en el tiempo y en el

espacio. ¿Y que querías que hiciera, entonces? Me fui al café de la

esquina de mi casa y le pregunté a algunos conocidos. Nadie sabía

nada de Kornilov, hasta que un parroquiano me dijo: “-Mire, yo creo

que ese tipo era el volante izquierdo del seleccionado ruso, años

atrás”. (Después, en serio, vamos a hablar de Kornilov). Pero ahora

quiero insistirte en nuestro desencuentro. Yo te escribí, por abajo,

multiplicando el mensaje a través de correos electrónicos. Y fijate

una cosa, yo, que según vos estoy “degradado”, “apoyando al

oficialismo”, no conseguí que mi carta la publicara ninguna revista,

ni diario oficialista o semioficialista ( Ni Tiempo Argentino, ni

Veintitrés, ni Página 12) y sólo fue mencionada en 6/7/8 y leída en

Radio La Voz de las Madres. Seguramente me dirás que la publicaré en

Señales Populares así como vos publicarás la tuya en Prensa Obrera.

Pero lo más interesante es que vos – tremendo izquierdista- llegaste

con tu carta cabalgando en los “pura sangre” del periodismo

conservador: el 14 de noviembre último, la tribuna de doctrina

mitrista, es decir, el diario La Nación, te hizo un reportaje que

empieza en tapa y ocupa luego toda la página 3, con este título: “El

gobierno le teme a una oposición de izquierda” y este subtítulo: “El

máximo referente del Partido Obrero habla de las responsabilidades

políticas en el asesinato de Mariano Ferreyra, de los vínculos

espurios entre la policía y los ferroviarios y de la ambigua voluntad

del kirchnerismo para investigar el crimen y depurar de patotas al

sindicalismo”. La oligarquía te aplaude, Altamira. Esa vieja

prostituta del periodismo te usa ¿comprendés? Te aplauden y te usan.

Más aún, en el artículo se afirma que “el Partido Obrero crece y

hasta sus artículos son publicados en diarios como La Prensa, por

ejemplo”. ¡La Prensa! ¿Qué opinaría Trotsky de semejante suceso?

Lamentablemente se ha fundido Selecciones del Reader Digest porque si

no fuera así también podría publicarte otra catarata de elogios.



Te acordás de ese artículo, ¿no es cierto? Suplemento Enfoques de La

Nación (14/11/2010), reportaje de Ricardo Carpena. El periodista te

elogia, te elogia mucho, Altamira, demasiado: “Altamira me pareció

inteligente, agudo, profundo, con un discurso más amplio y distinto

del de muchos ‘profesionales’ de la izquierda criolla. Es curioso o

no, que él y otros dirigentes del PO desfilen por tantos medios a

raíz del crimen de Mariano Ferreyra, pero no en medios oficialistas.

Tiene razón en que el kirchnerismo ha ubicado intencionalmente al PO

en el extremo izquierdo de su ring. Me sorprendió cuando habló de los

cambios en su agrupación con cierta dosis de autocrítica”. Esta

bendición a mí me produciría insomnio, ¿qué querés que te diga? Y vos

le correspondiste bien al matutino reaccionario: “-Si hay un partido

que maneja los matices es el nuestro...”. Y agregaste: “-El tema

principal de hoy es mostrar otro punto: es falso que el país esté

ante una alternativa Kirchner-oposición de derecha”, es decir,

manifestaste justamente lo que el mitrismo le dice a los sectores de

clase media que aún creen en el periodismo independiente: no hay que

votar al kirchnerismo por temor a que gane la derecha, no, hay muchas

opciones progresistas. Faltó sólo que lo avalaras más expresamente:

la alternativa es que siga el horrible kirchnerismo o volver al buen

camino de las instituciones de la democracia semicolonial , como

antes, en los buenos tiempos del 2002 o mejor, mucho antes, de 1943.



En otra parte del reportaje, estuviste mal, muy mal, al referirte a la

muerte de Néstor: “No soy psicólogo, pero si una persona sufre un

golpe y ve una salida, no tiene un ataque al corazón. El ataque al

corazón es porque no ve una salida”. La muerte no resulta, entonces,

de un exceso de militancia por arterias debilitadas, sino de quien se

lastima a sí mismo con motivo de su impotencia política. ¿Cuántos

pibes pelotudos fueron a la plaza a rendirle homenaje, no es cierto?

¿Cuántos argentinos tarados no se dieron cuenta que no se había

jugado la vida por sus convicciones, sino era nada más que algo así

como un suicidio para no mostrar su incapacidad o su cobardía

ideológica? ¿Cuánto latinoamericano imbécil se conmovió, como el

comandante Chávez o Lula o Evo o Correa y tantos otros

“populistas” que carecen de tu finísima capacidad psicológica para

desentrañar la causa de la muerte de Néstor?



En fin, pero no sólo ocurre que La Nación y La Prensa entienden que

el PO es necesario y cumple una función que a ellos les interesa

mucho, por lo cual es conveniente que crezca y tenga más fuerza para

desestabilizar al gobierno, sino que además uno de tus hombres más

importantes –Ramal- participa, poco tiempo atrás, en un almuerzo de

Mirtha Legrand junto a otros “izquierdistas” enemigos de Cristina,

como Vilma Ripoll y Pino Solanas. Vos habrás visto la escena y quizás

te regodeaste íntimamente, pero sentarse a almorzar con esa anciana

que se proclama “rubia por dentro y por fuera”, que se fotografió con

Astiz y se pasó la vida asustando a su público con que “se vienen los

zurdos” y presenciar como el cocinero, con su delantal blanco y su

gorra, anunciaba el menú “para los señores” y luego la camarera,

también con delantal, servía respetuosamente esas comidas raras

propias de “gente bian”, ¿no te parece incompatible con la

revolución socialista? ¿No te resulta una grave inconsecuencia?



Y hay más todavía -la frutilla del postre-: vos mismo fuiste luego a

Palabras más, palabras menos y te ganaste la admiración de Ernesto

Tenembaum y éste te dedicó dos páginas enteras en Veintitrés

(2/1/2011). Elogios y más elogios de quien se titula “periodista

socialdemócrata” y admite practicar “cierto cinismo” y te pone por

las nubes, Altamira. A mí, te digo, me resulta escandaloso. Te lo

digo reprimiendo palabras gruesas porque no quiero perder la línea,

pero si me ocurriese a mí –ni dios ni el diablo lo permitan para

desgracia de este ateo- reflexionaría profundamente acerca del rol

que estoy jugando en este momento de la Argentina, tal cual te lo

referí en mi anterior carta.



Te lo repito, ahora: estás en un juego muy peligroso, no te creas

que te levantan por tu sapiencia. Lo hacen por tu perseverancia en el

error. Te lo digo sinceramente y no me vengas con que te envidio el

reconocimiento de La Nación, La Prensa y Tenembaum. “Si el sabio no

aprueba, malo/ si el cerdo aplaude, peor” como me enseñaba mi

pobrecita maestra de tercer grado que creía que Mitre era un

demócrata y seguramente nunca había oído hablar de Mariano Fragueiro,

ni de Osvaldo Magnasco.... ¡Y la Legrand! que es mucho más

peligrosa de lo que parece porque aunque sea ignorante, como señala

Luppi, sabe adónde apunta y a quien sirve ( Y de paso: ¡Grande

Federico Luppi!, y ¡Grande también Esther Goris y Florencia Peña! y

¡grande! también el Chino Navarro, que les cantaron las cuarenta a

todos estos “periodistas independientes” del pueblo y dependientes de

los monopolios, como los Grondona y el estreñido Nelson Castro). ¿Qué

vas a hacer, Altamira? Cada uno conserva sus pequeños orgullos: el mío

es no haber estado nunca en el programa de Grondona, ni en los

almuerzos de la Legrand. Por conducta, ¿sabés? Por decisión política.

. E inclusive trato de no verlos en pantalla, por razones de higiene

mental.



Pasando a otro tema, por si no te diste cuenta, aquí se está

jugando el destino de la Argentina y de la América Latina toda, por

muchos años y a mí me interesan mucho los derechos de los

trabajadores ferroviarios, pero no creo que la lucha de clases pase,

como contradicción principal, entre el PO y Pedraza. Uno de tus

compañeros me ha mandado un correo según el cual “Pedraza es el

enemigo principal” y vos dedicás tres páginas de tu respuesta a

aplicar el mismo criterio: “Galasso no pronuncia ... la patota de

Pedraza”. No, mi viejo, ¡trampitas no!. El 22 de octubre, nuestra

Corriente Política Discépolo dio una declaración que apareció en

Señales Populares de noviembre denunciando el asesinato de Ferreyra

y exigiendo “sancionar duramente a los responsables, sin concesión

alguna”. ¿O vos leés solamente Prensa Obrera? Allí dijimos también:

“Cuando un movimiento nacional y popular, como el peronismo, se

desbarranca por un tiempo en la degradación -como ocurrió durante el

menemismo- por importante que sea la recuperación, quedan siempre

elementos residuales en el sindicalismo -hoy minoritarios- en los que

continúan los vicios de burocratización, corrupción y patoterismo”.

Por supuesto, esto no significa que la lucha de clases en la Argentina

se exprese en la antítesis Pedraza-Partido Obrero, lo cual es un

disparate teórico. Me acuerdo de lo que contaba Jauretche: un hombre

honestísimo y combativo como Jorge del Río, especializado en la

cuestión del servicio eléctrico, tenía cierta dificultad para entender

plenamente al peronismo del ‘45 porque Perón -que había estatizado una

franja enorme de empresas- no había expropiado a la empresa CADE. Y

Jauretche le decía fraternalmente: “-Pero, la historia argentina no se

puede ver a través del ojo de la cerradura de la CADE. Es mucho más

amplia y compleja”. Asimismo hoy, con todo lo doloroso del episodio

que provocó la muerte de Ferreyra, la lucha de clases se despliega

también de una manera más amplia y compleja: los sectores

oligárquicos temen que Cristina les gane en primera vuelta y que se

aplique a fondo la Ley de Medios y la participación de los

trabajadores en las utilidades de las empresas y hasta el control de

costos por las comisiones internas de fábrica y que se una América

Latina en perjuicio del imperialismo, y no encuentran el candidato con

el cual engañar a los sectores medios para ir a segunda vuelta y

juntarse todos contra Cristina.



El país se parte, otra vez, como siempre, ahí está la cuestión, porque

hay proyectos en pugna y uno de ellos favorece las condiciones para el

progreso popular y el otro, no. El otro quiere volver atrás. Y

entonces yo me entusiasmo y te hablo de Evo Morales y vos lo negás a

Evo que enfrenta a los reaccionarios de “La media luna” y a los

poderosos intereses externos y tus compañeros ponen un gran cartel en

la puerta de la Facultad de Filosofía y Letras: “García Linera no es

persona grata porque es un traidor”. Me asombró tanto que le pregunté

a una chica: -¿Qué es Evo para ustedes? -Un fascista, me contestó .

¡Pobre Trotsky! me dije, recordando aquello de Marx: “sembré leones y

coseché pulgas”. Y te hablo ahora de Correa que denuncia la acción

negativa, en su país, de la que llama “izquierda boba” y salto de

júbilo porque Fidel está mejor de salud. Y porque el PT continúa al

frente en el Brasil y porque Chávez continúa expropiando y hablando

del socialismo del siglo XXI . A vos todo eso te parece poco,

insuficiente, indigno de tu atención, inclusive te molesta porque te

hace más difícil criticar que cuando estaban los gobiernos

neoliberales.



Y vos venís con Pedraza y con Kornilov. No le resto importancia a

ninguna de las dos cosas que planteás, pero opino simplemente que en

el primer caso los trabajadores son los que van a renovar su

conducción gremial, así como ha sucedido ya en otros gremios porque

quiero suponer –ahora que decís que ustedes contemplan los matices-

que comprenderás que hay distintas corrientes en la CGT actual, como

también en la CTA. Con respecto a Kornilov creo que te falla el

almanaque: no estamos en octubre, Altamira, ni siquiera estamos en

febrero, ni somos el partido bolchevique, ni el gobierno es Kerensky

y tampoco hoy Kornilovs a la vista. Si nos cuesta entender, a vos y

a mí -seamos francos- la correlación de fuerzas, el nivel de

conciencia política de los trabajadores, la posición de los

empresarios de capital nacional, el fenómeno sojero, con el glifosato

y Monsanto atrás y las exportadoras multinacionales, si estamos

saliendo de una derrota terrible y nos faltan cuadros de 40 años a 50

años porque han sido masacrados, no me vengas con recetas de un país

lejano, en un tiempo lejano, sobre el cual conocemos bastante poco

como para aplicarlas a nuestras especificidades argentinas y

latinoamericanas. Por otra parte, para impedir el golpe de Kornilov es

evidente que los bolcheviques debieron coincidir -desde su propia

perspectiva y aún tapándose las narices- con Kerensky, que no era lo

mismo que Kornilov: “No, no ha llegado el momento. Apoyad el fusil

sobre el hombro de Kerensky y disparad contra Kornilov. Después,

ajustaremos cuentas con Kerensky” ( L. Trotsky; Historia de la

Revolución Rusa, tomo II, p. 163, edit. Sarpe, 1985).



Así también los comunistas chinos debieron coincidir temporariamente

con la burguesía china: “Chiang Kai-Shek es un opresor de los obreros

y campesinos chinos y no tenemos necesidad de que se nos lo recuerde.

Pero hoy día está empujado, a pesar de su mala voluntad, a hacer la

guerra al imperialismo japonés, por los restos de la independencia

China. Mañana puede traicionar nuevamente. Es posible. Más, más, ¡es

inevitable!. Pero hoy hace la guerra: la no participación en esta

guerra es cosa que sólo pueden hacerlo los cómodos, los canallas o los

imbéciles completos ( León Trotsky). Proceder de otro modo es

desconocer la dialéctica y convertirse -¿te suena este calificación?-

en “El gran organizador de derrotas” (L. Trotsky, 1928).



Con respecto a la “izquierda nacional” señalás: “-Galasso aprovecha la

ignorancia de su público para reivindicar un apoyo al 17 de octubre,

lo cual es cierto para el periódico Frente Obrero, pero donde no

estaba Abelardo Ramos, el cual, en su revista Octubre lo caracterizó,

por el contrario, como una lucha interburguesa (‘un forcejeo por el

gobierno dentro de las clases poseedoras de nuestro país, dentro del

cual actuó dividido el proletariado’)” (Octubre Nro. 1, noviembre

1945). Aquí incurrís en una picardía, porque la revista Octubre Número

1 estaba sepultada en el olvido hasta que la exhumé hace casi tres

décadas en El Fip y la Izquierda nacional (CEAL, 1983) precisamente

para asumir la correcta tradición de Frente Obrero, que Ramos asume

luego, en 1946. Celebro que me leas y me sorprende gratamente, aunque

no saques las conclusiones correctas. Sin desconocer los méritos de

Ramos en sostener y divulgar posiciones de izquierda nacional, rompí

con su organización en 1971, ante ciertos desvíos que luego se fueron

agravando hasta su vinculación al menemismo, razón por la cual no me

hago cargo de las imputaciones que me tirás sobre la mesa. La

Izquierda Nacional, iniciada con Frente Obrero, es más amplia que

Ramos lo cual –por eso que hablamos antes, de la chica de quince que

termina arrugada y fulera a los noventa– no significa que olvidemos

sus virtudes juveniles- en este caso, especialmente Revolución y

contrarrevolución en la Argentina (1957), de la buena época de

Abelardo. .



Te contesto porque soy hombre de paciencia, pero lo hago por última

vez porque ya no hay posibilidad de polémica y vos mismo reconocerás

que gastaste todos los improperios.



Te contesto, un poco de mala gana, porque rebajaste el nivel del

cambio de ideas, probablemente porque vos tenés la táctica y la

estrategia perfecta, correcta, sin la más mínima fisura y no estás

dispuesto a moverte una línea de lo que venís haciendo desde hace

décadas aunque el resultado, según los cómputos electorales y la

incidencia real sobre los trabajadores, no ha sido muy exitosa que

digamos.



Y te reitero, pensalo. No te pido autocrítica de todos los errores

cometidos, sino que analices adónde nos pueden conducir hoy errores

como los tuyos y de otros como vos. Pensalo, te digo nuevamente. Mirá

que si la derecha te usa una y otra vez, si seguís apareciendo –te

falta Morales Solá, me parece- si seguís apareciendo mimado por los

medios de comunicación oligárquicos, aunque yo no creo en fantasmas,

se te va a aparecer una noche el fantasma de León Trotsky y te va a

decir: “A mí me partieron el cerebro con un zapapicos, ¿a ustedes cómo

les partieron el cerebro?”



Te saludo repitiendo tu consigna: ¡Juicio y castigo a todo los

culpables de Mariano Ferreyra! ¡Fuera las patotas de los ferrocarriles

y de los sindicatos en los cuales aún subsistan!. Y agrego otra: ¡Por

el triunfo de Cristina Kirchner en primera vuelta, que abre el camino

hacia la profundización de un proceso de cambio a favor de la

unificación latinoamericana y el avance de la clase trabajadora!





Norberto Galasso.







lunes, 17 de enero de 2011

RICARDO FORSTER VINO INVITADO POR CARTA ABIERTA TUCUMAN, TAMBIEN DIALOGO CON LA JUVENTUD DE CARTA ABIERTA

  1. EN UNOS DIAS, TENDRA UD LA POSIBILIDAD DE ESCUCHAR LA CHARLA,QUE EL DR.RICARDO FORSTER, DIO EN CARTA ABIERTA TUCUMAN, PRESENTADO POR DOLORES MARCOS

NUESTRA RESPUESTA A GRACIELA AMADO (no somos tan ingenuos, para permitir que nos "marquen" agenda

NO ERA NUESTRA INTENCION PUBLICAR "EL PEDIDO" DE GRACIELA, PERO SUPONEMOS QUE POR FALTA DE MANEJO ELLA NO LO PUDO HACER, POR ELLO
LO HACEMOS, PROCURANDO QUE NINGUNA VOS QUEDE CALLADA.


Querida Graciela, el derecho a réplica, como sabrás, está garantizado conr ango constitucional (incluso antes de la reforma constitucional del ´94 -fallo Ekmedjian vs. Sofovich), por lo que te invitamos publiques la respuesta del P.O. en el blog de Carta Abierta Tucumán.
 No nos corresponde a nosotros hacerlo. Como asumimos también sabrás, lo podes hacer como
comentario a continuación del artículo sobre el que estableces el subsecuente comentario como respuesta o réplica.

Vale aclarar que los términos ¨honestidad intelectual¨ o ¨capacidad de reflexión crítica¨ con la que de forma poco sutil parecería que intentas condicionar nuestro accionar, no están correctamente utilizados para lograr el fin de publicar la mencionada respuesta, que sospechamos era el cometido.

Amén de su publicación, nos pareció pobre la respuesta, quizás poco elaborada, tal vez por no haberse entendido correctamente a Galasso, pues hay una, no menor, desentona entre el texto de origen del disenso y su respuesta; aún así es importante se lean todas las opiniones.

Será un placer que en nuestro blog se escuchen todas las voces que componen nuestro crisol nacional, latinoamericano y más.

                                               Por una Patria Justa, Libre y Soberana.

cartaabiertatucuman@gmail.com

www.cartaabiertatucuman.blogspot.com

Un pedido "algo acalorado", para publicar la respuesta de Altamira en el blog

Leí en el blog la carta de Galasso a Altamira.



Aqui va la contestación de Altamira que saqué del periódico del PO.


A ver si ustedes tienen, como intelectuales que se definen, la honestidad intelectual(valga la redundancia) y la capacidad de reflexión crítica para publicar la respuesta de Altamira.


Si son ustedes democráticos, como se definen, no pueden no hacerlo.


Veamos hasta dónde llega la ética de Carta Abierta Tucumán.


Saludos.


Graciela Amado.












QUÉ BAJO QUE CAÍSTE, GALASSO

7 de enero de 2011

No sorprende que el historiador Norberto Galasso se sume a la campaña macartista desatada por el gobierno nacional y sus cortesanos para criminalizar al Partido Obrero y para combatirlo, como dice uno de sus escribas, “con el Código Penal” – la primera manifestación concreta de la ‘nueva’ política de “seguridad democrática”, para enfrentar la movilización social, que le sopló al oído la estirpe de los Verbitsky a la nueva ministra de Seguridad. En una ‘carta’ que fue difundida en forma instantánea y profusa, en su mayor parte por los ‘blogs’ alcahuetes del oficialismo (que seguramente no harán lo mismo con esta respuesta), Galasso no pronuncia dos frases inevitables en la boca de cualquier luchador: “la patota de Pedraza” y “juicio y castigo a TODOS los culpables”. Al revés: “puede caer sobre vos”, dice Galasso, en referencia a Altamira,“la responsabilidad de lo que ocurra a militantes que son víctimas de enfrentamientos como los que hemos visto”. Se trata, ojo, de una amenaza – claro, desde el campo popular, que no formula al pasar sino que repite: “pensá, nos dice, en los pibes que podés arriesgar”. ¿Este hombre sospecha siquiera el nivel de su bancarrota política y hasta de su bajeza? Estamos en peligro, no por las patotas de Pedraza, Maturano, West Ocampo, Gerardo Martinez, Guillermo Moreno, el ‘caballo’ Suárez, Capaccioli, Otacehé, la policía de Barracas y Avellaneda, la de Soldati, la de Primavera en Formosa, sino por los piquetes ferroviarios, o, para el caso, todos los piquetes de todos los luchadores, y de activistas como Mariano Ferreyra. No hay que purgar al poder político de estas mafias, sino desencadenar una campaña macartista contra el PO. Galasso no llega siquiera a formular una teoría de los dos demonios – para él y los otros cortesanos el demonio es uno solo. Si nosotros somos los responsables del asesinato de nuestro compañero, la patota de Pedraza es un asunto secundario.

Galasso va más lejos todavía: respalda la tesis de los abogados defensores de los asesinos – el “enfrentamiento” – que fue refutada sin atenuantes, tanto por la jueza de primera instancia como luego por los tres jueces de la Cámara del Crimen. ¿No te has dado cuenta, Galasso, del pozo de inmundicia en el que has caído? Galasso cierra de este modo el círculo de la campaña de criminalización que inició, el mismo 20 de octubre, la Presidenta de la Nación , cuando responsabilizó por el crimen a “los que usan palos en las manifestaciones” y “a los estudiantes que forzaron la puerta del Consejo Nacional de Educación”. Después de esto, vinieron las diatribas del tipo “el PO le tiró un muerto al gobierno nacional y popular”, “los troscos son funcionales a Duhalde” – algo de lo que no se acordaron cuando Kirchner fue llevado de la mano a la Presidencia por el responsable político de los asesinatos de Kosteki y Santillán – que de paso le impuso más de medio gabinete, incluida la mayor parte de los actuales ministros, intendentes y punteros. Después del asesinato de Mariano, el kirchnerista Insfrán se cobró la vida de dos campesinos formoseños tobas, y la policía del jefe nombrado por Néstor Kirchner y la Metropolitana la de dos pobladores de Villa Soldati. Ni las policías, ni Insfrán están imputados; al revés, el gobierno apoya la reelección del formoseño y acabó firmando un pacto con Macri para castigar con la privación de derechos sociales la lucha de los pobladores por la vivienda.

Si el asesinato de Mariano Ferreyra obedeció a la necesidad de defender las tercerizaciones –un régimen de superexplotación para beneficiar a los grandes capitales -, la de los tobas fue ‘funcional’ a los intereses de los terratenientes sojeros y la de Soldati a la especulación inmobiliaria en la Ciudad. En lugar de lanzar la alarma acusadora: ¿A dónde vas Cristina? o la advertencia preventiva: ¿ A dónde te estás dejando llevar?, Galasso apunta contra ‘el enemigo principal’, que es, según él mismo, la prioridad que debe tener cualquier ataque político – Altamira y el Partido Obrero. Nos ha convertido en el ‘enemigo principal’ – a nosotros, no a Pedraza. Este es el significado sin falacias que tiene su frase introductoria, en la que asegura tener con Altamira” un punto teórico (sic) común: …crear la sociedad solidaria, igualitaria, donde brote y se consolide el Hombre Nuevo”. En realidad, nos quiere aplicar el Código Penal. Que patraña, no?

Galasso califica a nuestros militantes jóvenes como pibes, no por un acto de cariño sino para despreciar la madurez que han alcanzado y la conciencia que tienen de sus propios actos. En cambio, La Cámpora , que homenajeó a Insfrán en las vísperas del asesinato de los tobas, o la Juventud Sindical de triste memoria, que festejó con CFK en River pocas horas antes del asesinato de Mariano, son para él una juventud maravillosa. La 'carta' de Galasso es una provocación en cada línea y un monmento al caradurismo.

viernes, 7 de enero de 2011

¿A dónde vas, Jorge Altamira?

(Compañeros, todos hemos escuchado, leído, seguido, los incidentes en Constitución, y la muerte de Ferreyra, un militante del P.O,
Pues bien, ese gran patriota llamado NORBERTO GALASSO escribió una carta al sr Altamira (p.o.)donde además de poner las cosas en claro con este dirigente, sirve para una discusión y relectura OBLIGATORIA a quienes por razones de edad o por tener poca memoria o demasiadas urgencias, atacan desde una SUPUESTA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA Y "PROGRE", a este gobierno, asemejandose peligrosamente con NOTORIOS ENEMIGOS DE LA PATRIA.
CARTA ABIERTA TUCUMAN, ha solicitado autorización al autor de esta carta para difundirla y es la tarea a la que estamos abocados, pueden retirar la copia de la misma en la sala Paco Urondo (lugar de reunión de los intelectuales de CAT).
También les comunicamos que estará en NUESTRO renovado blog.
Un feliz año y recomendamos mantener alerta nuestros sentidos, no para el vedetismo sino para ayudar a reconstruir esta NUESTRA PATRIA.
CARTA ABIERTA TUCUMAN)



Nunca nos hemos tratado, pero nos conocemos y tenemos un punto teórico común: es necesario crear la sociedad solidaria, igualitaria, donde brote y se consolide el Hombre Nuevo. Eso creo yo y ahí pongo mis modestos esfuerzos: en la liberación nacional y social de una América Latina unida. Vos decís que también luchás por ese objetivo. Entonces, me creo con el derecho a preguntarte: ¿Adónde vas, Altamira? ¿Adónde? ¿A qué conduce tu política?
Disculpame, pero yo no creo que en lo profundo de vos mismo puedas suponer que la interrupción del kirchnerismo en el gobierno va a llevar al P.O. a la Casa Rosada, ni tampoco que le va a provocar un gran crecimiento político. No. No creo que estés tan al margen del desarrollo de la lucha de clases ni que, en nombre del marxismo, saques conclusiones que sólo es posible admitir en un adolescente generoso y utópico – de esos que, en pequeño número, te siguen - y que cree que se puede asaltar el cielo así como así, mañana mismo, con la revolución perfecta, completita, sin contradicción, ni imperfección alguna. No. A los pibes los entiendo – a “tus pibes” – y eso me duele, porque así seguramente pensaba el pibe Ferreyra. Porque a los 18 o los 22 años es posible querer salir de las desgracias, del desaliento, de la injusticia, luchando contra todos al mismo tiempo y de una vez, a todo o nada. Lo lamento por los pibes porque ellos ponen el cuerpo y la derecha no anda con vueltas.
Pero, a vos no te lo puedo entender. Vos viste lo que pasó con el corte de vías el otro día: 20 muchachos rebeldes, en nombre de 60 compañeros tercerizados, provocaron la bronca de miles de usuarios del ferrocarril en Plaza Constitución y esa bronca fue usada por grupos duhaldistas y macristas, por las barras bravas de Barrionuevo, por los comandos de Ritondo, por las bandas de Duhalde. No es como dice tu compañero Ramal que “sería delirante suponer que el P.O. cortaba en Avellaneda y también el P.O. actuaba” en Plaza Constitución. Si algo hay delirante es precisamente lo de Ramal, porque nadie seriamente ha dicho eso. Lo ocurrido es que, en los hechos, esos muchachitos idealistas que cortaron las vías quedaron aliados, en un mismo operativo de pinzas que vos no previste pero se dio en los hechos, con las bandas de derecha.
Entonces, cuando dicen “el P.O. aliado al duhaldismo” no te enojés: en la teoría no es así; en los hechos, sí. Es decir, en la política concreta, el macrista Ritondo es aliado tuyo y también Cecilia Pando y Posse y Redrado y Puerta y Barrionuevo y Toma. Vos y tus compañeros atacan al gobierno porque lo que no ha hecho, por lo que falta; ellos lo quieren voltear por lo que ha hecho y lo que ha hecho es suficiente para que no lo soporten. Pero en conjunto vos y ellos creen que es conveniente interrumpir el avance del kirchnerismo, es decir, la reelección de Cristina.
Claro, ellos, la derecha, están en lo suyo, no soportan la Ley de Medios, no soportan el recupero de los aportes jubilatorios por el Estado, ni la Unasur, ni tampoco la asignación universal por hijo, ni ponerle coto al FMI. Ellos están molestos por el protagonismo popular, por “los oscuramente pigmentados” (como decía el conservador Reinaldo Pastor) y entonces dicen ahora, haciéndole ‘el bocho’ a los vecinos más reaccionarios: “Somos xenófobos y ¿qué?: los bolivianos y paraguayos nos ocupan las escuelas y los hospitales”. Pero vos no podés coincidir con eso. Ya sé que no coincidís en la teoría, pero en los hechos, sí. En la teoría vos sabés de la gesta altoperuana contra los realistas y seguramente sabés del “Moto Méndez” y “el indio Camargo” y Juana Azurduy” y tenés afecto por bolivianos y paraguayos (¡Cómo no tenerlo por Solano López, compañero de lucha contra el mitrismo oligárquico financiado por el Imperio Británico!) pero, sin embargo, vos tocás en la misma orquesta de los xenófobos. Es en la misma orquesta, mi viejo, aunque no estés orquestado en conspiraciones de café. En los hechos, sí.
Por eso te repito: ¿Adónde vas, Altamira? Porque vos debieras saber, lo sabés, supongo, que en política es fundamental conocer al enemigo principal (manual elemental de todo socialista en serio). Y no podés confundir al gobierno - con todas las asignaturas pendientes que vos quieras - con la alianza Duhalde, Macri, Pando y todos los que ya conocemos. No. Eso no te lo voy a entender nunca, ni a justificar.
Por otra parte, vos te formaste en una concepción de la política que otorgaba importancia fundamental, al conocimiento de la correlación de fuerzas. Hay que preguntarse, en cada momento de la lucha, cuál es la correlación de fuerzas. Esto lo aprendiste, como yo, hace muchos años, en los manualitos del socialismo, es el ABC, el primero inferior, como se decía en nuestros tiempos. Y entonces, ¿cuáles son las opciones en juego? No me explico cómo no entendés las fuerzas en juego y la opción consiguiente: la vuelta al 2001 o a 1942, según algunos, es decir, el retroceso profundo con respecto a los avances del kirchnerismo, con todas las imitaciones en que probablemente vos y yo coincidamos o la prosecución y profundización de lo que se está haciendo desde el gobierno. ¡Y no podés decirme a mí que aprendiste en los textos clásicos que estas son luchas interburguesas y que es lo mismo Cristina en el gobierno que la Pando o Duhalde! No, vos sabés que no podés decirme eso, porque eso te invalidaría para actuar concretamente en las luchas políticas que se están dando hoy y aquí. .
Vos viviste muchas cosas, Altamira, como las viví yo. ¿O perdiste la memoria? Y las que no viviste, te informaste por una abundante literatura política. ¿Qué hizo la izquierda abstracta, toda la izquierda, desde anarquistas, socialistas, comunistas hasta trotskistas, en el 30? Todos contra Yrigoyen. Y vino Uriburu y después él mismo se encargó de torturar y fusilar, incluso a algunos de estos izquierdistas teóricos que habían sido funcionales a esa derecha fascista. ¿Era lo mismo Uriburu que Yrigoyen? Evidentemente, no. ¿Había que hacerse yrigoyenista, en ese principio de la decadencia del radicalismo? Tampoco. ¿Correspondía colocarse al margen de esa lucha porque eran luchas interburguesas? Menos aún. La única política correcta era la que enseñan los clásicos: al lado del yrigoyenismo, con independencia, junto a la clase media que hacía su experiencia de poder y evidenciaba sus limitaciones. Porque no fue por las limitaciones sino por los aciertos que torturaron y asesinaron radicales en 1931 y había que estar ahí, contra la dictadura y al mismo tiempo junto a “la resistencia radical” denunciando al alvearismo entreguista. Claro que después el radicalismo terminó en De la Rúa y todo lo que conocemos, pero eso no significa que hubiese que atacarlo en su mejor momento, cuando tenían a la mayoría popular apoyándolo. Vos lo sabés bien, porque eso se llama “dialéctica” que en lenguaje de barrio quiere decir: no hay que dejar de enamorar a una mina de 20 años pensando que dentro de 60 años estará arrugada y desdentada. O de otra manera: la degradación del menemismo no justifica a quienes estuvieron con Braden y contra Perón, en el 45.
No puedo creer que no me entiendas, porque entonces sería vano este escrito, inútil totalmente. Y no me digas tampoco… “en esa época, nosotros éramos muy chiquitos y nos hacíamos pipí en la cama”, porque te contestaré como Jauretche, lo peor es que siguen meando en la cama también ahora. Porque también en el 45 y en el 55 sucedió lo mismo, salvo la posición de “Frente Obrero” y sus seguidores de la Izquierda Nacional, que salvaron el honor del socialismo revolucionario junto a los trabajadores peronistas. De lo que ocurrió después que cayó Perón, ¿te acordás?, sin duda. ¿Qué vino? ¿El socialismo, acaso? Sí, quizás el de “Norteamérico” Ghioldi justificando los fusilamientos del ‘56 porque “la letra con sangre entra”. No eran lo mismo Perón y el almirante Rojas, lo sabe cualquier laburante sin haber leído jamás a don Carlos ni a Vladimiro Ilich. Lo sabe porque está en la realidad de la lucha de clases, aunque no sepa qué es la lucha de clases que la mayor parte de la izquierda predica en los fermentarios y talleres de formación con las ventanas cerradas a lo que ocurre en la calle.
¿Puede ser que no me entiendas? Y no te confundas, te lo digo otra vez. Yo no te digo que te hagas kirchnerista. Te digo solamente que no se es izquierda cuando se califica a todos los demás de ser lo mismo, burgueses, echando fuegos de artificio que ilusiona a los adolescentes. Se es izquierda en la acción política concreta y aquí, en América Latina, con años de dependencia y expoliación, cuando aparecen gobiernos con vocación popular - quizás vos digas burgueses disfrazados de populismo - yo no pido que abandones tu organización y te incorpores, a ellos, sino que te pongas al lado. No al lado de la derecha y en contra de ese gobierno. Te lo dijo Lenin, Altamira: “golpear juntos, marchar separados”.
“Junto” con las mayorías populares, aunque las direcciones políticas no sean todo lo que vos quisieras. Y “separados”, es decir, manteniendo la independencia ideológica, política y organizativa, pero jamás serle funcional a la derecha. No, mi viejo.
Porque entonces vas entrando en un juego en que puede caer sobre vos la responsabilidad de lo que ocurra a militantes que son víctimas de enfrentamientos como los que hemos visto, heridos o muertos para que en definitiva no se haga la revolución, sino para que la derecha llegue al poder y persiga a los pocos que te queden.
Hace pocos días lo dijo Rafael Correa, con respecto a su intento de darle una salida popular al Ecuador, protestando porque una “izquierda”, a la que llamó “boba”, se complace en atacarlo haciéndole el juego a la derecha. Lo mismo dice Hugo Chávez respecto a furibundos ex guerrilleros que se le oponen haciéndole el juego a los dueños de la televisión y los grandes grupos económicos de Venezuela. ¿No bastan acaso las fotos del lanzamiento de la candidatura de Duhalde, con el macrista Ritondo y la procesista Pando, obras maestras del terror? Son ellos los que acechan, los que quieren volver, los que quieren otros treinta mil desaparecidos, entre los cuales caerán también muchos de los tuyos. Y no podés hacerle el juego. No podés crear condiciones para que los diarios digan “el P.O. en Avellaneda y el duhaldismo y el macrismo en la Plaza Constitución, operaron contra el gobierno y provocaron incidentes”. No, mi viejo, no podés. Sería un error gravísimo y en política, ya lo sabés, un grave error es peor que un crimen.
Porque en estos países los movimientos nacionales y populares jugaron un papel importante, aunque hayan sido inorgánicos, tumultuosos, “oro y barro”, “abismos y cumbres”, como decía Jauretche, pero en el balance final expresaron avances populares, tanto Yrigoyen como Perón.
A veces, los periodistas dicen que en la Argentina no hay izquierda real ¡Y claro!, si grupos semejantes al tuyo confundieron a Biolcati con Mao Tsé Tung y a Llambías con Trotsky y se colocaron alrededor de “la mesa de enlace agropecuario” enfrentando al gobierno junto a las señoras “bien” del Barrio Norte y los grandes sojeros. En esa ocasión, vos estuviste mejor que ellos, pero no bien. No apoyaste a los ganaderos, pero dijiste que eran luchas interbuguresas. Entonces, decime, ¿toda la historia argentina son luchas interburguesas que no deben importarle a los trabajadores? Yrigoyen derrocado por los conservadores, Perón enfrentando a Braden y luego derrocado y desterrado, Moreno envenenado y San Martín enfrentado a Rivadavia y Sarmiento festejando el degüello del Chacho Peñaloza. Una historia de luchas, sangre y muerte. Y si eso no es lucha de clases, ¿las clases dónde están? ¿Todos son lo mismo, burgueses y todos los enfrentamientos, bombardeos, fusilamientos, etc., son luchas interburguesas? Si pensamos eso, mejor será que nos dediquemos a la pintura abstracta o a aprender a tocar el violín que con eso no jodemos a nadie. Y esperemos que algún día, allá lejos, cuando aparezca otro cordobazo, pero con una vanguardia iluminada, ortodoxamente formada en nuestras academias de socialismo revolucionario, volvamos quizás a la política, pero podría ocurrir entonces que los trabajadores ya hayan forjado sus dirigentes, algunos socialdemócratas, otras burocratizados, otros “fierreros”, qué se yo, pero que no reconozcan a quienes durante toda la historia argentina no incidieron para nada y sacaron el 1% de los votos por sostener que millones de argentinos imbéciles se peleaban por diferencias “burguesas” y no por el socialismo .
Sabemos, desde la Izquierda Nacional, que no es fácil ese “golpear juntos” y marchar separados. Inclusive hago autocrítica cuando Ramos se presentó con candidatura propia el 11 de marzo del ‘73 porque sostenía que era lo mismo Cámpora que los radicales y los candidatos del gobierno militar. Fue un grave error. Y ni qué hablar del apoyo a Menem. Por eso muchos izquierdistas nacionales se colocan a distancia de la historia de Ramos. Pero esta corriente ha sostenido, en general, la única posición correcta de acompañar a todos los movimientos nacionales de América Latina, desde una perspectiva independiente y colocarse claramente frente al enemigo común que, como se sabe, es el imperialismo y los traidores nativos.
Desde esa perspectiva coincidimos en la valoración del peronismo con Cooke, Hernández Arregui, Puiggrós, Walsh y tantos otros, pero insistiendo que era más correcto jugar por afuera y no intentar forjar la izquierda desde adentro. Pero lo que no dudábamos, en la relación con ellos, fue que los trabajadores estaban haciendo su experiencia y debía acompañárselos y enfrentar al enemigo principal.
Ahora la polémica sigue con motivo de las posiciones del P.O. Y te lo repito: ni oposición implacable al movimiento nacional, como la tuya, ni seguidismo. Pero la tuya puede ser más peligrosa. Porque la derecha sabe hoy que pierde en primera vuelta y va a provocar conflictos durante todo el 2011. Y ustedes no pueden estar ahí. ¡Ni cerquita! ¿Entendés?
Haceme caso, Altamira, pensalo. A la noche. En el silencio de la medianoche, pensá en los pibes que podés arriesgar y hacerlos jugar de modo funcional a la derecha. No se trata de hacerle asco a poner el cuerpo, pero sólo cuando políticamente tiene sentido el peligro que se corre. Mártires porque sí, no benefician a nadie sino que enlutan y suman desgracias a las que ya hemos sufrido. Pensá en la derecha que acecha, pensá qué pasaría si se hunde este gobierno. Vos y yo ya estamos más cerca del arpa que de la guitarra y entonces, seguí el consejo de Julián Centeya: en “el finirla, está la salvada”. Ahí uno se puede redimir de viejos pecados. Todavía estás a tiempo y entonces, te lo digo de nuevo, no se trata de hacerte kirchnerista, sino de colocarte críticamente pero acompañando al pueblo en su experiencia. Nacional, popular. Y te lo digo en nombre de los Estados Unidos Socialistas de América Latina sobre los que profetizó Trotsky en 1940, por aquello que, como sabés, lo llevó a apoyar las nacionalizaciones petroleras de Lázaro Cárdenas y que en el fondo, era su teoría de la revolución permanente y aquello otro del frente único antiimperialista que junto con Lenin presentaron en 1922 a los congresos de la III Internacional. Frente único antiimperialista con obreros, muchos obreros y también con estudiantes de la pequeña burguesía y otros oprimidos, pero en estrecha vinculación con el nivel de conciencia política de la mayoría, en ese momento histórico ¿Verdad que te acordás?
Te lo digo yo, que soy, como decía Scalabrini y salvando las distancias, “uno cualquiera que sabe que es uno cualquiera”. No sea cosa que esta conversación la tengamos que continuar en el 2012, los dos en cana o en el exilio. Y preparate entonces, porque, en ese caso, te lo voy a reprochar todos los días, implacablemente, como esa gota de la canilla que persiste y molesta empecinadamente en la madrugada, te lo voy a repetir una y mil veces, haciéndote corresponsable de la desgracia argentina, si aquellos que vos sabés volvieran, aprovechando los errores de una izquierda que todavía no se enteró que El Che puteaba desde Guatemala contra “esos mierdas de aviadores” que bombardearon a su propio pueblo aquel trágico 16 de junio de 1955.
Sólo puedo agregarte que hay momentos en la vida de los hombres que lo mejor que pueden ofrecer a su pueblo es una profunda autocrítica y un replanteo de posiciones erróneas. Ahí se juega su profunda adhesión al mundo nuevo que predican y por el cual dicen que están luchando. Pensalo.
Un saludo.
Buenos Aires, 5 de enero de 2011
Norberto Galasso

miércoles, 5 de enero de 2011

Dos escenas y algunas notas


Sebastián O. Nofal
Comisión Letras y Arte


Viernes 31 de diciembre de 2010, 4:06 am, según mi computadora.
No, hipotético lector. No lo digo para “crear clima”. Lo uso como pequeña metáfora de esta vorágine que es aún 2010. ¿Cuántas cosas de las que efectivamente pasaron este año siquiera imaginábamos el año pasado? Muy pocas. Quizás, en las más delirantes imaginaciones, algunas de esas cosas rondaban. Pero no todas.
Voy a obviar el recuento. Cualquiera puede emprenderlo –un buscador de Internet, el anuario de algún diario… Aunque es imposible no decir lo más impactante, lo más doliente: Kirchner está muerto. Quiero decir, el ciudadano Néstor Carlos Kirchner, falleció. Está claro que Kirchner no. Y eso lo veremos –creo- con gran frenesí durante 2011. Qué añito se nos viene, compadre lector…

En teoría, esto es un artículo político. Y en la política –o en sus peores versiones- lo emotivo no es el buen camino a seguir. La política –en sus peores y mejores versiones- si quiere ser eficiente, tiene que ser estratégica, negociadora, racional. Y hacia ahí aportaremos en otra ocasión.

A esta altura, me considero con el derecho de decir “el año está perdido” y hacer de esta bajadita de teclas lo que quiera.
Quiero rescatar un recuerdo y algo que leí: dos escenas.

La primera: estuve en Woodstock. Quiero decir, en los primeros días de mayo del 2005 yo era parte de la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares. Organizábamos el 1er Encuentro de BP y Kirchner había prometido estar en el acto. Las BP, hoy más de 2.000 en el país (unos 20.000 voluntarios, pongalé…), hacen un sostenido y poco mediático trabajo desde 1870. Después del 2001, la situación era desastrosa y se intentaba regenerar y fortalecer las partidas de dinero que ayudan a esos 20.000 voluntarios a hacer su voluntad. La presencia de Kirchner era, en términos racionales, importante.
Confieso que –los recuerdos son confesión de arbitrariedad- distraído estaba por la emoción de estar a sillas de distancia de una gran comitiva de Madres y Abuelas, todas con su ejemplar de “Palabra viva”, la antología de escritores desaparecidos que CONABIP y la SEA acababan de coeditar.
Ahí fue.
Ese corto silencio. Esos movimientos siempre excesivos de la seguridad. La respiración quieta porque está por aparecer. Y Kirchner que, claro, se aparece en el escenario pifiándole a un escalón, acomodándose el pelo y con el saco desabrochado.
Ahí fue que leyó “Quisiera que me recuerden”, de Joaquín Arrieta. Ese poema con destino de olvido que se convirtió en hit youtubero. Ese, el primer poema que escuché en mi vida leído por un Presidente. Pero además, no fue que el tipo se hizo elegir un texto por algún secretario. La distancia me dejó ver (los ratones de biblioteca nos fijamos en esas cosas) que el libro estaba trajinado. Que lo había sacado del bolsillo del saco desprendido. Que tenía papelitos adentro.
Es cierto que Alfonsín recitaba muy bien el Preámbulo y que el innombrable personaje de Anillaco (¡qué lindo pueblo! ¡qué karma de mierda!) habrá leído completísimas obras de Sócrates. Kirchner leyó un poema de alguien que militó en los mismos lugares que él, pero que no estaba ahí para poder leer su poema. No fue poco. Para nada. Ya en su discurso de asunción, ya el 24 de marzo del 2004, el tipo me había empezado a caer cada vez mejor. Esta vez sentí que se había establecido un pacto. Y cuando me di vuelta a mirar las caras de las bibliotecarias y los dirigentes, pensé: “Uh, este tipo hizo un pacto con un montón de gente”. Y sus pactos los cumplió.

Ya lo dije: estuve en Woodstock.

La segunda escena está contada en uno de los últimos panoramas dominicales de Página 12: la Presidenta se quiebra y dice “no le pasó a él, me pasó a mí”. Habla de los muertos del Indoamericano. Dice que en el gobierno de Néstor no hubo muertos por represión estatal; que en el suyo sí y asume la responsabilidad con actos. Qué mujer. Ha quedado viuda a una edad en que no debería. Cinco días después estaba haciéndose cargo de la totalidad de sus funciones. Mucho antes, la canallada ya se había hartado de insultarla y de tratar de apretarla –como si no la conocieran, o estuvieran entrando en la locura de realmente creer lo que intentan hacerle creer a su público. Y ella piensa en la memoria de su hombre y en sus responsabilidades.
Pequeños gestos ¿no?
Pero qué tamaño adquieren –y que significativos se vuelven- ante el cheto-fascista tragador de bigotes… el miserable ése que se atrevió a hablar de pueblos que tienen infinita dignidad. A hablar de gente trabajadora, él que de trabajar…
Me había propuesto una nota política. No pude. Creo que en ciertas ocasiones lo estratégico, lo negociador, lo racional pierden algo de su eficiencia. Sobre todo a esta hora, hoy, que ya el año está perdido…
Lo que sí no está perdido es todo lo que descubrimos este año. Mucho. Mucho para discutir, replantear, llevar adelante.
Pero básicamente nos hemos descubierto numerosos, llenos de tristeza y de fuerza, dispuestos a no perder lo recuperado (que todavía es poco) y, claro que sí, a ir por más. Mucho más. Dispuestos, a pesar de todo, a estar a la altura de las circunstancias.

Le deseo, amigable lector que llegó hasta acá, tenga Ud., un año alegre, vital, lleno de proyectos y acciones-difícil, seguro que va a ser.

La dicotomía y la confrontación


Dolores Marcos
Comisión Universitarios Carta Abierta

Hay un lugar común que se ha venido difundiendo y vociferando desde la oposición en los últimos años, más precisamente desde el conflicto de la 125 y sobre el que quizás es necesario acordar. Se afirma que las acciones del gobierno, sumadas al discurso tanto de Néstor como de Cristina, han tenido un tono confrontativo, que subrayan las brechas históricas, que no ayudan a encontrar el ansiado consenso respecto de temas cruciales, que insisten en mantener y alentar conflictos arcaicos. Es cierto. Pero no hay que confundir causas con consecuencias. Las acciones profundamente reformadoras de estos gobiernos y el discurso consecuente que pretende mostrar este carácter no son la causa de los conflictos. Los conflictos son preexistentes y tienen la edad de nuestra historia. Lo que se pone de manifiesto en el tono, el estilo y las palabras es que gobernar para incluir trae como consecuencia la exacerbación de las contradicciones propias de toda sociedad que saca a relucir los intereses de sus grupos y sectores. Grupos y sectores históricamente favorecidos o ideológicamente confundidos que pretenden mantener sus privilegios materiales y simbólicos frente al avance de la inclusión en sus más diversos aspectos. Inclusión económica y social para niños, ancianos y familias desocupadas; inclusión política para quienes vieron (por fin) cumplido su anhelo de memoria, verdad y justicia; inclusión cívica para minorías sexuales e inmigrantes; inclusión educativa y tecnológica para estudiantes.
Porque en el discurso políticamente correcto, todos expresan (y es fácil hacerlo) su acuerdo con que una sociedad mejor es una sociedad más igualitaria, más inclusiva, más sustancialmente democrática. Pero cuando ese discurso se traduce en políticas que efectivamente comienzan a poner a los otros en un pie de igualdad con un nosotros (nosotros universitarios, nosotros empresarios, nosotros comerciantes, nosotros blanquitos, nosotros que mandamos a los chicos a cole privado, nosotros instruidos), ahí ya no queda tan claro lo que entendíamos por igualdad. Porque en el fondo se trata de esta dicotomía: que ciertos sectores sigan manteniendo los privilegios de distinta índole que han crecido al abrigo de la gran mayoría de los gobiernos de nuestra historia; o que esos privilegios comiencen a borrarse, a impugnarse, a interpelarse a favor de una distribución de recursos varios más igualitaria. Si la dicotomía es esta, el consenso no es posible. Y no hay nada que lamentar. Es el juego de la política en el cual a los que hasta ayer ganaron, hoy, en la hora en que el pueblo retoma la calle, les tocará ganar menos (o perder), a favor de que muchos sean, al fin, reconocidos.

Rep con CARTA ABIERTA TUCUMÁN

Rep con CARTA ABIERTA TUCUMÁN
Invitado por la LIBRERÍA EL GRIEGO y la A.P.T. pintó un mural en la Peatonal