Te reitero, pensalo, Altamira, es mucho lo que está en juego.Te contesto, pero este será mi último mensaje, porque carece de
sentido un diálogo entre sordos. Yo intenté hacerte una advertencia,
llamarte a la reflexión, respetuosamente, casi fraternalmente. No te
dije que objetivamente actuabas como un agente de la CIA, ni que
estabas vendido a Magneto y la Sociedad Rural. No. No lo pienso así y
tampoco te lo dije. Te hablé como a un compañero al cual uno le
sugiere que proceda con sensatez -con sensatez revolucionaria, se
entiende- teniendo en cuenta las experiencias de la Argentina y del
Mundo así como los planteos de los grandes teóricos. Tampoco te dije:
“-Dejate de joder contra el gobierno porque los vas a traer a Macri y
a Duhalde al poder y nos embromaremos todos, incluso el Partido
Obrero. Solamente, alerté, como se le aconseja a un amigo: “-Che, dejá
de fumar porque te hace mal y el humo nos perjudica a todos”. Eso,
solamente. Ante esto, vos me contestaste enojado como si no tuvieras
argumentos: “bajeza”, “pozo de inmundicia”, “caradurismo”,
“desvergonzado embuste”, “provocador”, “encubridor”, “con histrionismo
recogido de los bajos fondos”, “profunda bancarrota política”,
“resignación”, “acomodamiento”, “cooptación”, “corruptela”, “cinismo
político” y “vendedor de carne podrida”. ¿Qué tal?
Yo te hablé de movimientos nacionales en América Latina, del
irigoyenismo, del peronismo, de la izquierda nacional, del peligro de
una nueva “Unión Democrática” como las del ‘45 y ‘55, del peligro de
desestabilizar a un gobierno que no es el enemigo principal. Y vos me
contestaste hablándome de Kornilov, allá lejos en el tiempo y en el
espacio. ¿Y que querías que hiciera, entonces? Me fui al café de la
esquina de mi casa y le pregunté a algunos conocidos. Nadie sabía
nada de Kornilov, hasta que un parroquiano me dijo: “-Mire, yo creo
que ese tipo era el volante izquierdo del seleccionado ruso, años
atrás”. (Después, en serio, vamos a hablar de Kornilov). Pero ahora
quiero insistirte en nuestro desencuentro. Yo te escribí, por abajo,
multiplicando el mensaje a través de correos electrónicos. Y fijate
una cosa, yo, que según vos estoy “degradado”, “apoyando al
oficialismo”, no conseguí que mi carta la publicara ninguna revista,
ni diario oficialista o semioficialista ( Ni Tiempo Argentino, ni
Veintitrés, ni Página 12) y sólo fue mencionada en 6/7/8 y leída en
Radio La Voz de las Madres. Seguramente me dirás que la publicaré en
Señales Populares así como vos publicarás la tuya en Prensa Obrera.
Pero lo más interesante es que vos – tremendo izquierdista- llegaste
con tu carta cabalgando en los “pura sangre” del periodismo
conservador: el 14 de noviembre último, la tribuna de doctrina
mitrista, es decir, el diario La Nación, te hizo un reportaje que
empieza en tapa y ocupa luego toda la página 3, con este título: “El
gobierno le teme a una oposición de izquierda” y este subtítulo: “El
máximo referente del Partido Obrero habla de las responsabilidades
políticas en el asesinato de Mariano Ferreyra, de los vínculos
espurios entre la policía y los ferroviarios y de la ambigua voluntad
del kirchnerismo para investigar el crimen y depurar de patotas al
sindicalismo”. La oligarquía te aplaude, Altamira. Esa vieja
prostituta del periodismo te usa ¿comprendés? Te aplauden y te usan.
Más aún, en el artículo se afirma que “el Partido Obrero crece y
hasta sus artículos son publicados en diarios como La Prensa, por
ejemplo”. ¡La Prensa! ¿Qué opinaría Trotsky de semejante suceso?
Lamentablemente se ha fundido Selecciones del Reader Digest porque si
no fuera así también podría publicarte otra catarata de elogios.
Te acordás de ese artículo, ¿no es cierto? Suplemento Enfoques de La
Nación (14/11/2010), reportaje de Ricardo Carpena. El periodista te
elogia, te elogia mucho, Altamira, demasiado: “Altamira me pareció
inteligente, agudo, profundo, con un discurso más amplio y distinto
del de muchos ‘profesionales’ de la izquierda criolla. Es curioso o
no, que él y otros dirigentes del PO desfilen por tantos medios a
raíz del crimen de Mariano Ferreyra, pero no en medios oficialistas.
Tiene razón en que el kirchnerismo ha ubicado intencionalmente al PO
en el extremo izquierdo de su ring. Me sorprendió cuando habló de los
cambios en su agrupación con cierta dosis de autocrítica”. Esta
bendición a mí me produciría insomnio, ¿qué querés que te diga? Y vos
le correspondiste bien al matutino reaccionario: “-Si hay un partido
que maneja los matices es el nuestro...”. Y agregaste: “-El tema
principal de hoy es mostrar otro punto: es falso que el país esté
ante una alternativa Kirchner-oposición de derecha”, es decir,
manifestaste justamente lo que el mitrismo le dice a los sectores de
clase media que aún creen en el periodismo independiente: no hay que
votar al kirchnerismo por temor a que gane la derecha, no, hay muchas
opciones progresistas. Faltó sólo que lo avalaras más expresamente:
la alternativa es que siga el horrible kirchnerismo o volver al buen
camino de las instituciones de la democracia semicolonial , como
antes, en los buenos tiempos del 2002 o mejor, mucho antes, de 1943.
En otra parte del reportaje, estuviste mal, muy mal, al referirte a la
muerte de Néstor: “No soy psicólogo, pero si una persona sufre un
golpe y ve una salida, no tiene un ataque al corazón. El ataque al
corazón es porque no ve una salida”. La muerte no resulta, entonces,
de un exceso de militancia por arterias debilitadas, sino de quien se
lastima a sí mismo con motivo de su impotencia política. ¿Cuántos
pibes pelotudos fueron a la plaza a rendirle homenaje, no es cierto?
¿Cuántos argentinos tarados no se dieron cuenta que no se había
jugado la vida por sus convicciones, sino era nada más que algo así
como un suicidio para no mostrar su incapacidad o su cobardía
ideológica? ¿Cuánto latinoamericano imbécil se conmovió, como el
comandante Chávez o Lula o Evo o Correa y tantos otros
“populistas” que carecen de tu finísima capacidad psicológica para
desentrañar la causa de la muerte de Néstor?
En fin, pero no sólo ocurre que La Nación y La Prensa entienden que
el PO es necesario y cumple una función que a ellos les interesa
mucho, por lo cual es conveniente que crezca y tenga más fuerza para
desestabilizar al gobierno, sino que además uno de tus hombres más
importantes –Ramal- participa, poco tiempo atrás, en un almuerzo de
Mirtha Legrand junto a otros “izquierdistas” enemigos de Cristina,
como Vilma Ripoll y Pino Solanas. Vos habrás visto la escena y quizás
te regodeaste íntimamente, pero sentarse a almorzar con esa anciana
que se proclama “rubia por dentro y por fuera”, que se fotografió con
Astiz y se pasó la vida asustando a su público con que “se vienen los
zurdos” y presenciar como el cocinero, con su delantal blanco y su
gorra, anunciaba el menú “para los señores” y luego la camarera,
también con delantal, servía respetuosamente esas comidas raras
propias de “gente bian”, ¿no te parece incompatible con la
revolución socialista? ¿No te resulta una grave inconsecuencia?
Y hay más todavía -la frutilla del postre-: vos mismo fuiste luego a
Palabras más, palabras menos y te ganaste la admiración de Ernesto
Tenembaum y éste te dedicó dos páginas enteras en Veintitrés
(2/1/2011). Elogios y más elogios de quien se titula “periodista
socialdemócrata” y admite practicar “cierto cinismo” y te pone por
las nubes, Altamira. A mí, te digo, me resulta escandaloso. Te lo
digo reprimiendo palabras gruesas porque no quiero perder la línea,
pero si me ocurriese a mí –ni dios ni el diablo lo permitan para
desgracia de este ateo- reflexionaría profundamente acerca del rol
que estoy jugando en este momento de la Argentina, tal cual te lo
referí en mi anterior carta.
Te lo repito, ahora: estás en un juego muy peligroso, no te creas
que te levantan por tu sapiencia. Lo hacen por tu perseverancia en el
error. Te lo digo sinceramente y no me vengas con que te envidio el
reconocimiento de La Nación, La Prensa y Tenembaum. “Si el sabio no
aprueba, malo/ si el cerdo aplaude, peor” como me enseñaba mi
pobrecita maestra de tercer grado que creía que Mitre era un
demócrata y seguramente nunca había oído hablar de Mariano Fragueiro,
ni de Osvaldo Magnasco.... ¡Y la Legrand! que es mucho más
peligrosa de lo que parece porque aunque sea ignorante, como señala
Luppi, sabe adónde apunta y a quien sirve ( Y de paso: ¡Grande
Federico Luppi!, y ¡Grande también Esther Goris y Florencia Peña! y
¡grande! también el Chino Navarro, que les cantaron las cuarenta a
todos estos “periodistas independientes” del pueblo y dependientes de
los monopolios, como los Grondona y el estreñido Nelson Castro). ¿Qué
vas a hacer, Altamira? Cada uno conserva sus pequeños orgullos: el mío
es no haber estado nunca en el programa de Grondona, ni en los
almuerzos de la Legrand. Por conducta, ¿sabés? Por decisión política.
. E inclusive trato de no verlos en pantalla, por razones de higiene
mental.
Pasando a otro tema, por si no te diste cuenta, aquí se está
jugando el destino de la Argentina y de la América Latina toda, por
muchos años y a mí me interesan mucho los derechos de los
trabajadores ferroviarios, pero no creo que la lucha de clases pase,
como contradicción principal, entre el PO y Pedraza. Uno de tus
compañeros me ha mandado un correo según el cual “Pedraza es el
enemigo principal” y vos dedicás tres páginas de tu respuesta a
aplicar el mismo criterio: “Galasso no pronuncia ... la patota de
Pedraza”. No, mi viejo, ¡trampitas no!. El 22 de octubre, nuestra
Corriente Política Discépolo dio una declaración que apareció en
Señales Populares de noviembre denunciando el asesinato de Ferreyra
y exigiendo “sancionar duramente a los responsables, sin concesión
alguna”. ¿O vos leés solamente Prensa Obrera? Allí dijimos también:
“Cuando un movimiento nacional y popular, como el peronismo, se
desbarranca por un tiempo en la degradación -como ocurrió durante el
menemismo- por importante que sea la recuperación, quedan siempre
elementos residuales en el sindicalismo -hoy minoritarios- en los que
continúan los vicios de burocratización, corrupción y patoterismo”.
Por supuesto, esto no significa que la lucha de clases en la Argentina
se exprese en la antítesis Pedraza-Partido Obrero, lo cual es un
disparate teórico. Me acuerdo de lo que contaba Jauretche: un hombre
honestísimo y combativo como Jorge del Río, especializado en la
cuestión del servicio eléctrico, tenía cierta dificultad para entender
plenamente al peronismo del ‘45 porque Perón -que había estatizado una
franja enorme de empresas- no había expropiado a la empresa CADE. Y
Jauretche le decía fraternalmente: “-Pero, la historia argentina no se
puede ver a través del ojo de la cerradura de la CADE. Es mucho más
amplia y compleja”. Asimismo hoy, con todo lo doloroso del episodio
que provocó la muerte de Ferreyra, la lucha de clases se despliega
también de una manera más amplia y compleja: los sectores
oligárquicos temen que Cristina les gane en primera vuelta y que se
aplique a fondo la Ley de Medios y la participación de los
trabajadores en las utilidades de las empresas y hasta el control de
costos por las comisiones internas de fábrica y que se una América
Latina en perjuicio del imperialismo, y no encuentran el candidato con
el cual engañar a los sectores medios para ir a segunda vuelta y
juntarse todos contra Cristina.
El país se parte, otra vez, como siempre, ahí está la cuestión, porque
hay proyectos en pugna y uno de ellos favorece las condiciones para el
progreso popular y el otro, no. El otro quiere volver atrás. Y
entonces yo me entusiasmo y te hablo de Evo Morales y vos lo negás a
Evo que enfrenta a los reaccionarios de “La media luna” y a los
poderosos intereses externos y tus compañeros ponen un gran cartel en
la puerta de la Facultad de Filosofía y Letras: “García Linera no es
persona grata porque es un traidor”. Me asombró tanto que le pregunté
a una chica: -¿Qué es Evo para ustedes? -Un fascista, me contestó .
¡Pobre Trotsky! me dije, recordando aquello de Marx: “sembré leones y
coseché pulgas”. Y te hablo ahora de Correa que denuncia la acción
negativa, en su país, de la que llama “izquierda boba” y salto de
júbilo porque Fidel está mejor de salud. Y porque el PT continúa al
frente en el Brasil y porque Chávez continúa expropiando y hablando
del socialismo del siglo XXI . A vos todo eso te parece poco,
insuficiente, indigno de tu atención, inclusive te molesta porque te
hace más difícil criticar que cuando estaban los gobiernos
neoliberales.
Y vos venís con Pedraza y con Kornilov. No le resto importancia a
ninguna de las dos cosas que planteás, pero opino simplemente que en
el primer caso los trabajadores son los que van a renovar su
conducción gremial, así como ha sucedido ya en otros gremios porque
quiero suponer –ahora que decís que ustedes contemplan los matices-
que comprenderás que hay distintas corrientes en la CGT actual, como
también en la CTA. Con respecto a Kornilov creo que te falla el
almanaque: no estamos en octubre, Altamira, ni siquiera estamos en
febrero, ni somos el partido bolchevique, ni el gobierno es Kerensky
y tampoco hoy Kornilovs a la vista. Si nos cuesta entender, a vos y
a mí -seamos francos- la correlación de fuerzas, el nivel de
conciencia política de los trabajadores, la posición de los
empresarios de capital nacional, el fenómeno sojero, con el glifosato
y Monsanto atrás y las exportadoras multinacionales, si estamos
saliendo de una derrota terrible y nos faltan cuadros de 40 años a 50
años porque han sido masacrados, no me vengas con recetas de un país
lejano, en un tiempo lejano, sobre el cual conocemos bastante poco
como para aplicarlas a nuestras especificidades argentinas y
latinoamericanas. Por otra parte, para impedir el golpe de Kornilov es
evidente que los bolcheviques debieron coincidir -desde su propia
perspectiva y aún tapándose las narices- con Kerensky, que no era lo
mismo que Kornilov: “No, no ha llegado el momento. Apoyad el fusil
sobre el hombro de Kerensky y disparad contra Kornilov. Después,
ajustaremos cuentas con Kerensky” ( L. Trotsky; Historia de la
Revolución Rusa, tomo II, p. 163, edit. Sarpe, 1985).
Así también los comunistas chinos debieron coincidir temporariamente
con la burguesía china: “Chiang Kai-Shek es un opresor de los obreros
y campesinos chinos y no tenemos necesidad de que se nos lo recuerde.
Pero hoy día está empujado, a pesar de su mala voluntad, a hacer la
guerra al imperialismo japonés, por los restos de la independencia
China. Mañana puede traicionar nuevamente. Es posible. Más, más, ¡es
inevitable!. Pero hoy hace la guerra: la no participación en esta
guerra es cosa que sólo pueden hacerlo los cómodos, los canallas o los
imbéciles completos ( León Trotsky). Proceder de otro modo es
desconocer la dialéctica y convertirse -¿te suena este calificación?-
en “El gran organizador de derrotas” (L. Trotsky, 1928).
Con respecto a la “izquierda nacional” señalás: “-Galasso aprovecha la
ignorancia de su público para reivindicar un apoyo al 17 de octubre,
lo cual es cierto para el periódico Frente Obrero, pero donde no
estaba Abelardo Ramos, el cual, en su revista Octubre lo caracterizó,
por el contrario, como una lucha interburguesa (‘un forcejeo por el
gobierno dentro de las clases poseedoras de nuestro país, dentro del
cual actuó dividido el proletariado’)” (Octubre Nro. 1, noviembre
1945). Aquí incurrís en una picardía, porque la revista Octubre Número
1 estaba sepultada en el olvido hasta que la exhumé hace casi tres
décadas en El Fip y la Izquierda nacional (CEAL, 1983) precisamente
para asumir la correcta tradición de Frente Obrero, que Ramos asume
luego, en 1946. Celebro que me leas y me sorprende gratamente, aunque
no saques las conclusiones correctas. Sin desconocer los méritos de
Ramos en sostener y divulgar posiciones de izquierda nacional, rompí
con su organización en 1971, ante ciertos desvíos que luego se fueron
agravando hasta su vinculación al menemismo, razón por la cual no me
hago cargo de las imputaciones que me tirás sobre la mesa. La
Izquierda Nacional, iniciada con Frente Obrero, es más amplia que
Ramos lo cual –por eso que hablamos antes, de la chica de quince que
termina arrugada y fulera a los noventa– no significa que olvidemos
sus virtudes juveniles- en este caso, especialmente Revolución y
contrarrevolución en la Argentina (1957), de la buena época de
Abelardo. .
Te contesto porque soy hombre de paciencia, pero lo hago por última
vez porque ya no hay posibilidad de polémica y vos mismo reconocerás
que gastaste todos los improperios.
Te contesto, un poco de mala gana, porque rebajaste el nivel del
cambio de ideas, probablemente porque vos tenés la táctica y la
estrategia perfecta, correcta, sin la más mínima fisura y no estás
dispuesto a moverte una línea de lo que venís haciendo desde hace
décadas aunque el resultado, según los cómputos electorales y la
incidencia real sobre los trabajadores, no ha sido muy exitosa que
digamos.
Y te reitero, pensalo. No te pido autocrítica de todos los errores
cometidos, sino que analices adónde nos pueden conducir hoy errores
como los tuyos y de otros como vos. Pensalo, te digo nuevamente. Mirá
que si la derecha te usa una y otra vez, si seguís apareciendo –te
falta Morales Solá, me parece- si seguís apareciendo mimado por los
medios de comunicación oligárquicos, aunque yo no creo en fantasmas,
se te va a aparecer una noche el fantasma de León Trotsky y te va a
decir: “A mí me partieron el cerebro con un zapapicos, ¿a ustedes cómo
les partieron el cerebro?”
Te saludo repitiendo tu consigna: ¡Juicio y castigo a todo los
culpables de Mariano Ferreyra! ¡Fuera las patotas de los ferrocarriles
y de los sindicatos en los cuales aún subsistan!. Y agrego otra: ¡Por
el triunfo de Cristina Kirchner en primera vuelta, que abre el camino
hacia la profundización de un proceso de cambio a favor de la
unificación latinoamericana y el avance de la clase trabajadora!
Norberto Galasso.
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