jueves, 30 de diciembre de 2010

NESTOR KIRCHNER: ENTRE LA MILITANCIA Y LA REVOLUCIÓN CULTURAL


Por Juan Manuel Frangoulis

“Proceda”, palabra que sonó como orden en el corazón de la militancia más joven, de los viejos luchadores, de quienes estuvimos acostumbrados a las plazas y la represión más que al oficialismo o la batalla cultural desde el la do de adentro del mostrador. También fue la orden atenta que obedeció el General Roberto Bendini, para que descolgase el cuadro del dictador Jorge Rafael Videla.

Eso fue Néstor Kirchner.

Un hombre que nos convenció en el transcurrir desalineado de su gobierno de que pensar un mundo mejor no solo era posible, sino que hacerlo había dejado de ser parte del legado épico de las historias de otros tiempos, en los que nos refugiábamos.

No solo en los fríos números; por lo cierto rescatables, pues permitieron uno de los únicos traspasos exitosos del bastón de mando -solo comparable a la continuidad del Perón del 40 al del 50- con el 52 por ciento de crecimiento del PBI, la reducción de 11 puntos en la tasa de desocupación, el incremento del 230 por ciento en las reservas del Banco Central y la caída de 33 puntos en los índices de pobreza; sino por sobretodo por la modificación paradigmática de la forma de entender, vivir y discutir la “política”, el paso del individuo frente a la sociedad al sujeto proyectado en su contexto.

Entró a la historia por la “puerta grande”, como advirtió a un filosofo y amigo de Carta Abierta (pues no solo puso de pie a un país en términos económicos o genero militancia entre los jóvenes, también logro adhesiones en el mundo de la “inteligentsia” Gramsciana y el mundo artístico), comprendiendo el real valor de la desintegración social que el “que se vayan todos” significaba, el tambalearse de la democracia, los fantasmas de la autocracia.

Sin Estado, sin gobierno, sin ver las posibilidades de soñar, de pensarnos como país, como patria fue el escenario en el que comenzó, con el apoyo de dos de cada diez argentinos, para construir en seis meses una base de cerca del setenta por ciento de imagen positiva. Doblando la apuesta, dignificando la justicia, con una Corte Suprema de Justicia modelo, abriendo las puertas de la memoria en un continente marcado por el olvido, el supo entrar al corazón de las madres y abuelas de todos, con memoria y justicia; con la verdad frente a un dolor que parecía eterno.

Con mas monedas que provincias consolidó la economía, con el principio de “vivir con lo nuestro”, que desarrollara el economista Aldo Ferrer. Actualizo el ejercicio de sustitución de importaciones, con la utilización de una tasa de cambio competitiva para el desarrollo industrial y las exportaciones, con un Estado presente y fuerte, regulador, no crédulo de las teorías de la “mano invisible” o el “derrame”, que solo fortalecieron a los menos e in visibilizaron a los invisibles, postergados de la historia. Incluso en ello fue revolucionario, pues recupero el lugar del “derrotado” económico y desde allí pensé la economía Argentina, recuperando soberanía económica, frente al FMI o el Banco Mundial y la encrucijada del default (hoy Cristina Fernández de Kirchner profundiza aun mas y hace lo suyo con el Club de Paris), con la fortaleza de la recuperación de reservas para enfrentar a los capitales usureros y la fuga de capitales.

El aumento de la demanda agregado, por el incremento del gasto publico, en un circulo virtuoso de utilización del estimulo de la obra publica o el subsidiar servicios y la generación de empleo, que permitió, junto con la modificación de la balanza comercial por el tipo de cambio y las tasas competitivas, que se recuperará el poder adquisitivo de los salarios, aniquilados por la mega devaluación del 2001-2002.

Un pueblo que se sentía derrotado, con millones de desempleados, hogares destrozados por la falta de trabajo, falta de fe individual y colectiva lo extrañaran.

Las banderas de su pensamiento, plasmado en gobierno, hoy su herencia; son soberanía económica, memoria con justicia y militancia.

Logro reparar a las victimas de las dos últimas –y más duras dictaduras que atravesó la Argentina: la del Terrorismo de Estado y el genocidio económico de los ´90.

“La sangre derramada no será negociada” recordó en una encrucijada de la historia, en la que la represión militar y la oficial se cruzaron en los finales de los gobiernos del radical Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, por ello hizo cesar la violencia represiva, que minimizó a niveles únicos en la historia y mantuvo permitiendo un grado de movilización altísimo, que a menudo le jugó en contra.

La disolución de la Corte Suprema menemista por una ejemplar e independiente, la derogación de las leyes del olvido y la impunidad, bajar el cuadro de Videla, hacer de la ESMA un espacio de memoria viva junto a las organización sociales, en la relación más estrecha que alguna vez tubo un gobierno con los organismos de derechos humanos son parte del mismo fuego, aquel fuego que será difícil de apagar. Conquistas culturales del pueblo que lo lloró y despidió, de las madres, abuelas, hijos y nietos recuperados en identidad.

La recuperación de la caja mas importante de la seguridad social, que se encontraba en manos de la Patria Financiera, le permitió, entre otras cosas ampliar la masa de jubilados, que al día de la fecha han visto aumentarse en más de dos millones, con un aumento de la media del 238 por ciento, con dos aumentos por años garantizados por ley y un plus para las fiestas, para una navidad para todos.

Salió de la política de la negociación de las almas, pues entendió que para redistribuir había que tocar intereses, recibiendo criticas y pronósticos apocalípticos, con la corporación mediática y otros grupos concentrados de la economía, desde la Ley de Enfiteusis de Rivadavia hasta la fecha, en contra.

Una gran dirigente de las comunidades de los pueblos originarios del norte supo resumir el sentimiento de los sin voz del cuarto de siglo que le precedió, al decir: “¿por que la primavera para los pobres dura tan poco?”, por que el “pingüino” (como al mismo le gustaba que lo llamasen), los puso en el centro de la escena al replantear las políticas públicas, en aras de la satisfacción de las necesidades primarias, la posibilidad de acceder a bienes necesarios o algo suntuarios y al trabajo.

Así, marcó su camino hacia la popularidad, con grandeza y humildad, con amor y justicia social y, por sobre todo, con lealtad, no dejando en la puerta de la Casa Rosada ni uno solo de sus ideales, de sus convicciones, ni de su sentir peronista.

El histórico, durante mucho tiempo negado, Consejo del Salario, las convenciones colectivas anuales -siempre en alza- las reformas laborales progresivas, la consolidación del sistema jubilatorio forman un haz de aportes innegables.

El sueño de la Patria Grande, la realidad del UNASUR, el no al ALCA y la consigna “América Latina, ahora o nunca”, son otro innegable legado y un vacío difícil de llenar. Solo él, gran estadista, supo traccionar a los países Latinoamericanos en la génesis de una herramienta política que permitió destrabar conflictos, definir a la región por la democracia y la paz y negociar de igual a igual con las potencias del Norte. Como secretario general del bloque –UNASUR- intervino en emergencias naturales, intentos de golpes de Estado y disputas entre países, tal fue su presencia, que sus pares lo eligieron por una unanimidad en el cargo político más alto de la estructura y lo recordaron como “un líder clave en la construcción de una región sin exclusiones”. Vale poner de manifiesto que en la IV Reunión Cumbre Ordinaria de UNASUR, que se iba a realizar con su conducción, el 26 de noviembre, estaba previsto que se firmará, por su impulso, la denominada “Cláusula Democrática”, instrumento por el que se busca evitar cualquier golpe de Estado.

El inventario se hace interminable

Las victorias de su gobierno, o las de su amada Compañera y actual Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, no son patrimonio eterno del pueblo argentino, como no lo fue la Constitución del ´49 o la nacionalización de la banca, en lo que a términos económicos refiere; pero el hondo calar de esa modificación de paradigma, de lo que culturalmente significaron gestos como “proceda”, serán muy difícil de borrar en la memoria del pueblo.

Durante la dictadura de Ongania, primero, hasta las formas del neoliberalismo o neocapitalismo, que en la Argentina tomaron la silueta de diez años de menemato, pasando por la mas horrorosa de las dictaduras que en esta parte del continente se recuerde (la de aquel personaje del cuadro) dejaron una marca significativa en el país y las formas de pensarse como pueblo: una profunda desintegración social, un “sálvese quien pueda”, pensar que los individuos atomizados podrían modificar “en soledad” su destino.

Los caminos de la justicia social, del compromiso, del amor al otro, de sabernos parte de un mundo mejor posible, son las puertas que él nos abrió.

El luchó, y seguirá luchando en su legado, nos hizo luchar al devolvernos la esperanza, la conciencia de futuro; él, el otro de la historia, el negado, recuperó la voz y hoy lucha; pero mientras esto pasa…ellos temen.

lunes, 11 de enero de 2010

Obedezca, Niño Pérez!!!


La actitud de Hernán Pérez, golden boy del menemismo devenido en Martín Redrado luego de su paso por la Comisión Nacional de Valores, es claramente temeraria e irrespetuosa de la voluntad popular: se alzó contra el gobierno de CFK y su intento de canalizar los recursos y el excedente económicos en un sentido compatible con el crecimiento soberano de nuestra economía y de la inclusión social.
Pérez es hombre de paja de la rosca oligárquico-financiera enquistada en puntos claves de la economía. Luego de su mise en scène corrió a refugiarse en los brazos de sus socios y mandantes: los Cobos, Prat Gay, Macri, Morales, Carrió, y el émulo de acróbata chino Solanas, quienes, al decir de Martín Fierro, encontraron un juez amigo para que santifique la actitud sediciosa de la oposición, teñida de una insostenible "defensa de las Instituciones".
Asimismo, es el mascarón de proa de la Patria Financiera, que suma a los nombrados a Santibáñez, De La Rúa y todo el demoprogresismo porteño, quienes se unieron aprobando el blindaje y el corralito y ahora parecen rasgarse las vestiduras, derramando su falso llanto por el peligro de los dineros del Pueblo, cuando fueron ellos mismos quienes, de una forma o de otra durante los últimos treinta años, dirigieron la política financiera que terminó con la destrucción del Estado Nacional y de las economías regionales, arrojando a millones de compatriotas a la desesperación y sin futuro.
Sólo les interesa satisfacer su insaciable avaricia; prefieren la especulación financiera a la producción, el rol de factoría al de país con desarrollo industrial, el de republiqueta aislada y no el de integrante de una Unión Sudamericana.
Estos son los herederos de Mitre y de la Revolución Libertadora, la cría dejada por Martínez de Hoz y Cavallo, los que no están dispuestos a tolerar ningún gobierno que, apoyándose en su origen democrático y popular, oriente su gestión hacia un desarrollo económico independiente de los centros mundiales de poder, que genere empleo genuino y siente las bases para el crecimiento industrial.
Por ello, se lanzaron contra la decisión soberana de la Presidenta de liberar los fondos para el canje de la deuda en condiciones más ventajosas y no de genuflexión al Moloch del Norte.
Desde CARTA ABIERTA TUCUMÁN, consideramos que esta crisis no se puede prolongar como la generada por la resolución 125. Es necesario acabar con los nidos de liberalismo que permanecen en el aparato del Estado y, en tanto se elabore una nueva ley de Entidades Financieras que reemplace a la de 1977 de la Dictadura de Videla y Martínez de Hoz, que el gobierno convoque a los trabajadores a permanecer alertas, pues esto no es más que el principio de otro intento de las clases dominantes de aislar al gobierno hasta esterilizarlo o provocar su caída: mientras Cobos se prueba el traje, la Sociedad Rural y sus socios imperiales se frotan las manos, al tiempo que disfrutan del lamentable espectáculo de todas las variantes de la izquierda antinacional, desde Binner al PO, la CCC y el coro progresista de Pino Solanas.
Es necesario imponer en el Banco Central una conducción patriótica y defensora de la voluntad popular.
Si nos demoramos en esta tarea, serán crecientes los peligros de la desestabilización.

San Miguel de Tucumán, 8 de Enero del 2010


CARTA ABIERTA TUCUMAN.

NADA TENEMOS EN COMÚN


Durante mucho tiempo busqué la forma de construir mi propia identidad, -quién soy- a cada segundo; algo más que una máquina de consumo clase media con manías de grandeza. Quizás por delirios propios, aunque estoy casi convencido que es el sueño común de todos nosotros, medio pelo; que llora la inflación, crítica la tobillera de la presidenta, junta dos mangos y se va a Punta. Puertas adentro polenta, afuera pollo.
Heidegger supo decir: “somos lo que hacemos con lo que nos hicieron”: por eso yo me resisto a ser el jamón del medio, preocupado por el riesgo país, las encuestas y chatear con mi amigo neozelandés -pero del vecino "ni idea"-, el mundial, Maradona, los negros y los cortes; pero qué chic es saber dónde está Obama este fin de semana; ese gran premio Nobel de la Paz con base en Guantánamo.
Me resisto, juro que lo hago. No quiero ser parte de la opinión pública que engrosa las encuestas y da el sí en la votación sobre la soberbia presidencial, como si ello fuese trascendente para el país, para ustedes o para mí; que se preocupa por el protocolo, las formas y las fotos; odio empezar el diario por sociales o policiales. Y nunca veo los obituarios.
Pero si no puedo decir quién soy, pensaré en quién no soy, como no quiero ser: justo ahí me detengo a observarlos a todos ellos, en el bosque del frente auto-referencista. En el camino un Pino, solo, aunque a veces jugó en el “grupo A”.
Justo te veo, escritor: afortunadamente, sólo fuiste un proyecto de educación y te escucho el mismo discurso del autodenominado proceso de reorganización nacional en relación a la juventud o el arte, ahí me defino mejor y sé por qué lucho y de qué lado. Lo que es peor, recuerdo que tus palabras no son por nostalgia de un tiempo pasado , sino que lo traés con vos desde entonces, pues eras funcionario, cómplice y miembro de esa máquina de triturar ideas e ideologías. A tu lado está la persona que te trajo para nombrarte; para cobrar todo un sorprendente sentido. Es que luego de escuchas o de los abusos de un cuerpo para policial (como la UCEP- Unidad de Control de Espacios Públicos), ya no me parece tan descabellado ver al hijo del ex empresario de Correos con el embajador de Videla.
Unos pasitos más atrás la veo a ella. Quizás un poquito menos esbelta que la Presidenta; redonda, tostada y dibujándose una sonrisa, mientras por un lado en el micrófono dice defender los interés nacionales, por otro hace circular una carta entre embajadas de países –explotadores- pidiendo intervengan en la Argentina -su país, Mi país- para evitar una lucha que ella misma alienta y genera, con provocaciones y desesperados intentos desestabilizadores. Pero entiendo todas tus contradicciones, “bizcochito”, cuando te miro y te oponés a la asignación por hijo (medida redistributiva y de justicia de reparación por exclusiones históricas), aunque en un tiempo no muy lejano vos eras unas de las figuras políticas que la reclamaba. La memoria no me falla todavía. Tal vez por tu egolatría y la constante necesidad de notoriedad no te permitiste acercarte al pueblo de otra forma, de una más real y no como Mesías del Apocalipsis o la fiscal de la dictadura.
Ah…a vos también te veo, oportunista si los hay. Supiste hacer oposición desde el oficialismo, construir tu propio poder desde la plataforma electoral por la que bregabas durante la campaña. La memoria no me falla: las retenciones eran una de las ideas centrales de la plataforma electoral. En busca de un proyecto de País para Todos hay que diversificar el campo y su actividad, reorientando la economía, en línea a un proceso de industrialización generado por la santísima trinidad de la bonanza de estos tiempos: sustitución de importaciones, dólar competitivo y estimulación de la economía por gasto público (por ende, demanda agregada), y, por sobre todo, con el efecto redistributivo que genera atacar una renta que crece de manera extraordinaria acumulando y trasladando más riqueza de la que realmente produce. Aún así, ¿qué hiciste? Escuchar a tu hija de menos de 10 años (ni cura, ni rabino llegan a tan pequeños, cuando piden la carcél), lo llamaste al gran negociador radical del Pacto de Olivos para que te asesorara de ahora en más y largaste el Oscar –no el Martín Fierro, eso te haría algo más Argentino- de las actuaciones políticas, frotaste tu frente y diste un “no positivo”. Eso sí, reconozco el logro de hacerlo con la misma celeridad con la que volviste de vacaciones para interceder por el golden boy.
Lole querido, ver y no creer. ¿Vos, la institucionalidad y la justicia social? Vamos…si son el agua y el aceite. Mi problema no es la memoria, es el resentimiento, porque cuando se inundó Santa Fe y el corredor gobernaba, gasté casi todo mi sueldo para enviar agua mineral para las victimas, para el pueblo que sufrió, aunque pudo haberse evitado la tragedia si no se hubieran malversado todos los fondos de obras públicas. Más rabia me da si te escucho hablar de forma despectiva de las posibilidades de una Patria Grande, de la unidad de Latinoamérica, de Chávez, Castro, Evo o Correa, si son esos mismos países los que aportaron los artistas y los medios para reconstruir el hospital de niños con el disco “Canciones para Santa Fe”. Sos, fuiste y serás Menemista de la primera hora, ni el Cabezón te quiere y mirá que está juntando todo lo recalcitrante del pejotismo.
Me ato a la pata del televisor, esa hermosa pantalla que nos muestra la realidad que construye, interpreta, desarma y reconstruye a su antojo, educadora del hombre posmoderno, y diviso al fondo dos figuras. La primera: una persona -una sola- colombiano presidenciable en Argentina (como el hijo del genocida y Traidor a la Patria, nacido en EE.UU., que quiere ser gobernador de Tucumán), accionista en los medios donde trabajan los periodistas más amordazados que recuerde la historia; éstos que hablan en lenguaje consumidor y no pueblo, que hacen opinión pública y no información; peleando por la libertad de prensa en todos los programas en los que no hay alteridad, porque en ellos los “otros” no tiene ni voz ni voto, donde voces distintas son acalladas por ser diferentes. Espero no se me mal interprete: yo estuve de acuerdo con que a una nueva Ley de Medios Audiovisuales se la tenia que discutir a lo largo y a lo ancho del país, y que había que hacerlo con responsabilidad, con tiempo, detenerse en cada vuelta de tuerca; pero estuve de acuerdo cuando volvió la democracia y el primero de esta ronda de presidentes lo prometió (artículo aparte merecen el fallecido “padre de la democracia” y su hijo y homónimo -que opera junto a los grupos económicos “A”, los mismos que promovieron esa ultima dictadura-, y recordar la hiperinflación, el megacanje, los más de 14 paros generales de los trabajadores, leyes del perdón y tanto más). Veintiséis años después, se discutió y mucho, lo sé por que yo participé de varias controversias. No es lo mío la “obediencia debida”; me molestó un poco el rol de las telefónicas, sin embargo, luego se modificó y la ley me encantó. Los tres tercios y la posibilidad de la participación ciudadana directa, no sujeta a los mandatos de las corporaciones. Hernández contra Sarmiento, de igual a igual, las voces se multiplican y la palabra tiene un solo dueño: el pueblo. Me atrevo a más, Papel Prensa es la misma lógica de justicia. Presté atención a la pantalla, cómo retaceaba información, la carga semántica de los zócalos y la presentación de las noticias, las repeticiones como ráfagas, la pantalla cortada, lo dicho y lo no; lo que dejé de ver en los medios es la ruta de la efedrina, el cruce de llamados y el poder judicial investigando; poder que a veces desaparece como Sarmiento. La otra, la Mujer.
La segunda imagen que me ofrece la gran educadora argentina: la TV, son varias personas, casi una selección, del hincha del cuervo de Almagro a la señora coqueta de los almuerzos, pasando por la diva del boxeador. Las dos mujeres encontraron un trampolín a la fama en plena dictadura militar, mientras el cuervo hizo lo propio en la dictadura económica Menemista. A la mayor, octogenaria, me gustaría decirle que me recuerda a una de mis abuelas, que trabajó, como hace ella, hasta el último día, pero sin tener la dicha de una jubilación digna como la que este gobierno dio a cerca de 2 millones de personas que no tenían la esperanza de cumplir ese sueño. Ni vio recuperar el dinero de sus pares, de la privatización y la especulación financiera de las AFJP a manos del Estado para el bien de todos. A la otra, a la sesentona, le pido mesura, sólo un poco; no hay que combatir la delincuencia y la sensación de inseguridad que los mismos medios (por consiguiente ella misma) generan a partir de la repetición constante del crimen, con represión, ni llenando las cárceles de chicos de 10 años para arriba: a veces la prevención es una opción. Si parece imposible, sería bueno tener en cuenta que en Argentina los índices de delincuencia bajaron a la par de los índices de desempleo, pobreza e indigencia, y no es por pura coincidencia. El último en la pantalla, él, lo que nos dejó desde los noventa (junto al saqueo de los recursos naturales, la venta del país, la desindustrialización, el endeudamiento, los countries y las columnas pseudo griegas en las entradas de sus casas) fue mostrarnos a los pobres como el más obsceno de los espectáculos, y pienso: ¿dónde estarán los pueblos originarios que fueron desplazados de sus tierras comunitarias por los capataces del empresariado televisivo?
El corralito, Morales, la devaluación, el megacanje, Sanz, la quiebra del país, el default, los saqueos, Alfonsín hijo, otra vez Cavallo y una entrevista con Clarín, la mesa de enlace, Valenzuela y el presidente del Banco Central, todos juntos por el “bienestar del país”, ¿De cuál?
Ahora que me fijo bien, también llego a verlo al Cabezón. Por qué seré tan rencoroso y no podré olvidarme de que es el primer vice Menemista; de la bonaerense, la mafia y el gatillo fácil cuando habla de democracia e institucionalidad? Me digo a mi mismo que ese discurso y las zonas liberadas de los saqueos de antes o las operaciones en el Senado de ahora son, ambas, actitudes golpistas. Para el 2011 falta un poco, pero si sigue así no va a haber país para ese entonces. Romper la unidad de los trabajadores y crear una central celeste y blanca no es muy peronista; establecer lazos con el establishment económico tampoco. Peronista es la economía al servicio del pueblo, no al revés. No quiero volver a la democracia con mordaza, al pejotismo unitario. Temo que al haber dicho que no, Roberto quiera, junto al otro traidor que preside el Senado, operar con Martín.
Estoy convencido de que es bueno volver al inicio de lo que se dijo para cerrar, para recordar los procesos. Saber que: el Sistema Financiero Argentino se estructuró alrededor de los intereses foráneos mas espurios, los que en Vietnam entrenaban al genocida del norte argentino (de mi provincia), que lo hizo con la complicidad de los excedentes de los terratenientes de la Ley de Enfiteusis de Rivadavia, los que cortaron las rutas y tiraron la leche por la 125, y, saber que en ese plan macabro, que se perfeccionó en las décadas siguientes, el Banco Central tuvo como misión exclusiva mantener el valor de la moneda, cosa parecida a perder la independencia económica, atarse a la paridad de la reserva federal del norte, resignar soberanía; incluso sacrificando la posibilidad de utilizar la política monetaria para promover el empleo y la competitividad, el crecimiento del crédito o el financiamiento del déficit.
Pero nunca me dejarán los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos olvidar que Thatcher, Reagan, los Chicago Boys, el Consenso de Washington y Redrado son parte del mismo bosque, por eso me voy al otro. No al Pino, que por ser distinto se alinea con el “grupo A”. Al otro.
Ahora los dejo, me voy a buscar la casaca con las banderas de los ideales, por que un mundo mejor es posible, porque las utopías no han muerto, por 30.000 razones, por el pueblo, por que este gobierno me devolvió la esperanza en la justicia, los Correos, Aerolíneas, la justicia social, la soberanía y tanto más; y tanto más es lo que quiero, la regulación de la minería, la reforma del sistema financiero, “un pan en cada mesa” y “una cita en cada fuente” , y eso se logra en la calle, en defensa de un Proyecto Nacional y Popular. Ahora sé mejor quien soy.

Juan Manuel Frangoulis

Rep con CARTA ABIERTA TUCUMÁN

Rep con CARTA ABIERTA TUCUMÁN
Invitado por la LIBRERÍA EL GRIEGO y la A.P.T. pintó un mural en la Peatonal