domingo, 8 de mayo de 2011

UNIVERSIDAD Y PROYECTO NACIONAL


La idea y la consigna de “una universidad abierta al pueblo, comprometida con la sociedad que la sostiene y a la que se debe” podría ser suscripta por casi cualquier persona bien intencionada y bien pensante. Salvo reliquias reaccionarias (que no faltan), que desean y abogan por una formación superior elitista y al servicio de los grandes intereses económicos concentrados, la gran mayoría del pueblo tomaría aquella idea como bandera. Ahora bien, ¿qué contenido concreto tiene en las circunstancias actuales de nuestro país?



Es innegable que a partir de 2003 ha comenzado un proceso de recuperación de la Universidad Pública en varios sentidos. La recomposición de los salarios docentes y no docentes, la asignación de becas estudiantiles, el aumento del presupuesto, han sido factores revitalizadores de la vida universitaria, luego del largo y penoso letargo de los años 1990.



Sin embargo quizás quede pendiente un debate más profundo, que ahora probablemente esté en condiciones de darse y se refiere a un replanteo global del rol de la Universidad Pública en la formación de profesionales en todas las especialidades. Pareciera que aún está presente en gran parte de la comunidad universitaria la idea de que la formación superior se agota en dotar a los estudiantes de las herramientas técnico-cognitivas propias de cada disciplina para formar “buenos profesionales”, cuyo éxito en el mundo laboral sea proporcional al esfuerzo invertido por el sujeto en su formación. Como correlato, cada cátedra se ve a sí misma como productora (o reproductora) de conocimientos validados científica y académicamente, guiados sólo por el interés personal de sus integrantes (cuando no de “los jefes”).





Una Universidad Pública acorde con un proyecto nacional y popular debiera, más bien, pensarse como un ámbito en el cual cada uno de los conocimientos que se enseñan y se aprenden tenga como referencia el contexto social en el que se desarrolla. Se debiera desarraigar la idea del título tan sólo como un logro personal, para que cada uno se piense como participante de un proceso mucho más global de compromiso con el entorno. Esto no significa tan sólo pensar “lo local”, sino atender el modo en que lo propio puede proyectarse en los desafíos que la realidad global presenta. Una “Universidad comprometida con el pueblo” significa avanzar hacia un mayor grado de madurez en todos los estamentos que la componen para comenzar a pensar la docencia, la investigación y la extensión desde un renovado compromiso con las realidades próximas que toca atender.



A pesar de los discursos, lamentablemente gran parte de los universitarios, docentes y estudiantes se siguen viendo como parte de una élite, que a lo sumo le cabe la responsabilidad de desarrollar su tarea con excelencia, teniendo como norte el ascenso social y el éxito económico. Transformar esta concepción es uno de los desafíos de este tiempo. Pensar en términos de equipos de trabajo que integren tanto el saber académico como los saberes y prácticas sociales no académicas debiera ser el modo en que la Universidad comience a salir de los claustros para integrar en sus prácticas la realidad en la que está inserta.



Sin duda, en ese camino es necesario reforzar los canales de participación, rediscutir la asignación de los presupuestos, volver a pensar criterios de excelencia desde un discurso propio, que tenga en cuenta las reales necesidades y demandas del mundo productivo, cultural y social, para resignificar aquello de la autonomía universitaria: no sólo como autogobierno sino como la creación de criterios propios de calidad, medida de acuerdo con el modo en que las Casas de Altos Estudios se vinculan con los problemas de su



pueblo. Dicho de otro modo, se trata de acompañar el proyecto nacional hoy nuevamente en marcha y contribuir decididamente a su programa de desarrollo y crecimiento político, económico, social y cultural.











Comisión Política Universitaria

Carta Abierta Tucumán

cartaabiertatucuman@gmail.com



S.M. de Tucumán, 05 de mayo de 2011





domingo, 24 de abril de 2011

Llorar, putear y seguir


Lloré en la tumba del Che en Santa Clara; con la muerte de Néstor también.

A mun gran viejo lo vi llorar, además, con la muerte de Nicolás Casullo y Elvio Vitali.

Todos nos entristecimos con la partida de Adolfo Castello y Mario Benedetti.

Un gran uruguayo, al que siempre me costó definir –diremos de él que es un cronista de los indignados- supo decir que sólo nos quedaba el silencio; yo, un poco más joven y menos sabio (seguramente) preferí putear a la muerte. Huesuda, de guadaña en mano y vestida de recuerdos.

No hay nada más triste, por lo menos en esto, que recordar, pues es afirmar la ausencia. Ojala nos siguiesen llenando la memoria de futuros recuerdos.

Milagro Sala (de quien prefiero no hacer una valoración, aunque profeso admiración por mucho de sus logros) dijo-preguntó, frente a las cámaras, con una lágrima que se columpiaba en sus ojos: “¿por qué la alegría para los pobres dura tan poco?”.

La mierda, qué bronca (Pedro y Pablo).

Un día, espero más temprano que tarde, llegará el hombre nuevo, atravesando (¿acaso será con machete en brazo?) los campos, las ciudades, el neoliberalismo y el horror.

Mientras, tenemos que construir esperanza, multiplicar sueños, ser el Quijote para pelearnos contra los molinos de realidades impuestas. Nunca debemos dejar que nos naturalicen lo evitable: la pobreza.

Este es un país que redujo pobreza, indigencia, que por vez primera en los últimos treinta años otorgó aumentos jubilatorios (garantizados por ley), se llamó al Consejo del Salario, se –casi- cuadriplicó el presupuesto en educación en relación a su participación en el PBI, se consiguió que los derechos comiencen a ser para todas y todos (recuérdese: asignación universal por hijo –ampliado también para embarazadas-, ley de matrimonio igualitario, ley de medios, jubilaciones de ama de casa y más); se recuperó la caja más importante de la seguridad social, se aumentó –e hizo real- la participación en las empresas en las que el pueblo argentino es socio; el desendeudamiento del país, el crecimiento sostenido más largo e importante de la nuestra historia; un país que recuperó identidad, desde lo que en términos simbólicos implica el feriado de la Vuelta de Obligado hasta las más de doscientas Casas del Bicentenario que se abrieron a lo largo y ancho del país; y la justicia, Corte Suprema de Justicia y derogación de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, pasando por el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad o discutir la seguridad y la policía (para dejar de hablar de la “maldita bonaerense”…gracias, Duhalde, por la herencia).

Tanto más se hizo; tanto falta.

No hay logros adquiridos, por lo menos no como patrimonio colectivo definitivo.

La derecha es la derecha. Acecha.

La que paró el país por más de cien días, cuando se quisieron discutir la redistribución de la renta diferencial y extraordinaria de los pules de siembra sojeros y comenzó a hablarse de soberanía alimentaria (conflicto con los sectores concentrados de la economía agropecuaria), la que te tira una muerte en un hospital o moviliza a miles como ocupas –jugando con la necesidad y el sueño de la casa propia-, la que hace un atentado a Norberto Galasso en su casa, lee la Nación o Clarín y no se banca Paka Paka o las clases de filosofía en Encuentro.

La derecha que crea el “Peronismo Federal” con la mafia del conurbano bonaerense –como buen unitario- o te pincha el teléfono y caga a palos a los “trapitos”.

No todo, de la puerta para adentro, es color de rosas (nunca entenderé por que el rosa, no estoy de acuerdo).

Nos falta más redistribución; una política ambiental a largo plazo y recuperación de recursos naturales, sobre todo minería (algo se hizo contra la deforestación y los glaciares), ley de entidades financieras y participación de los trabajadores en la plusvalía, ambas en agenda, y tanto más.

Sin embargo, no seamos románticos, ingenuos o cómodos; no se logrará si sólo se lee el “Página” en el desayuno o se ve en la cena “Seis, siete y 8:00” (actividades que por cierto, y como comienzo, recomiendo); debemos sumarle a esto militancia, que es un poco más que “hacer bien las cosas desde mi lugar”. Es un compromiso con y por el otro, es acompañando desde los barrios, las villas, las calles y las plazas, a este modelo, para que sea más latinoamericanista, más popular, más justo.

Esto no es simplemente una declaración de principios, meras divagaciones de un trasnochado o pseudo intelectual de café. Por el contrario, es la declaración de una tarea de mucho trabajo, sacrificio y, todavía, alegría. Pensar el Estado, no como tres poderes, sino como población, territorio y poder; a sabiendas de que somos, por lo menos, pueblo, por ende, parte del Estado, no individuos atomizados, postmodernos, que reclaman viajar a Miami o Tinelli para todos; de que esa parte de la población económicamente activa -hoy en sólo un dígito, aún es mucho- sin trabajo, no son desocupados, sino que están desocupados. Que incluir no es abrir un call center más, pues no debemos hacer como política económica del Estado la ampliación de este mercado con parches; sino crear mercados paralelos, distintos, fuera de la vorágine capitalista. Pensar una pedagogía que comience por el sí, sin enseñar desde el no, en la que la construcción del conocimiento sea dialéctica, desterrando las clases magistrales de, ahora sí, un pseudo intelectual con aires de bronce. Saber que ya no nos conformamos con “obreros y estudiantes”, sino sumamos a esto obreros que sean, o hayan sido, estudiantes.

Año de elecciones: Sí. CFK: Sí.

Nuestro piso es lo conseguido; pero, atención, esta vez no nos detendremos: Vamos Por Todo.

La batalla cultural ya comenzó. ¿De qué lado vas a estar?

Hasta La Victoria Siempre.









Juan Manuel Frangoulis

Declaración de Prensa



Tomado conocimiento del infame atentado contra el domicilio de Norberto Galasso ,la militancia y dirigencia de la Izquierda Nacional del NOA expresa su enèrgico repudio a este intento de acallar las voces de los que, como Norberto Galasso,llevan en alto las banderas de la liberaciòn nacional y social de nuestra Patria,en el marco de la Unidad de Suramèrica,en esta inclaudicable lucha que continùa la iniciada hace dos siglos por los Libertadores Simòn Bolìvar y Josè de San Martin.

No nos cabe la menor duda, de que las fuerzas del privilegio y del poder concentrado,no van a cesar en sus intentos para derrocar al gobierno popular de Cristina Fernàndez de Kirschner,y que se van a valer de recursos como estos,para suplir la impresentable oposiciòn civil,tanto de derecha como de izquierda,en cualquiera de las variantes de Uniòn Democràtica y Comandos Civiles como los que actuaron contra Peròn en 1955.

La Izquierda Nacional, como siempre, estrecharà filas junto a los trabajadores,y laa organizaciones del Movimiento Obrero, en la defensa irrestricta de la soberanìa popular expresada en los comicios del 2007 y que sin lugar a dudas serà ratificado en las elecciones de octubre.

Solo la movilizaciòn popular serà la garantìa para las mayorìas nacionales,de evitar un nuevo fracaso,

Los enemigos del Pueblo tienen muy en claro del valor del pensamiento esclarecido de compañeros como Norberto Galasso,y de lo profundo que llega en la conciencia de los argentinos sus palabras, tanto en sus conferencias como en sus libros publicados.

Fracasaron en sus intento de silenciarlo como a tantos otros patriotas bien definidos como "malditos " en la Historia Argentina,

Esta vez,serà nuestra tarea el evitarlo.

Jorge Lacroix.

Izquierda Nacional--Tucumàn 16 de abril 2011

martes, 22 de febrero de 2011

I Parte



Arq. Susana Salvatierra

Comisión de Desarrollo Social

CARTA ABIERTA TUCUMAN



Enero 2011

Es altamente probable que, los que lean este artículo, habiten en una vivienda. Redondeando, unos serán parte del 9% que alquilan, otros del 76% propietario. Existe un 14% cuya situación no está dentro de las anteriores -y que quizás coincida con el 14% de población NBI- Especialmente para ellos va dedicado lo que sigue....Desde 1976 al 2002, del total de vivienda social producida en too el país por FONAVI se registra 16,5% durante la dictadura, 26,10% durante en Gobierno Radical, 49,40% durante el neoliberalismo y un 11% en el breve gobierno de la Alianza. Los porcentajes no expresan la calidad de vivienda –en los estándares oficiales de calidad de construcción de vivienda social, la aislación hidrotérmica es requerimiento desde el año 2000- ni vinculan los períodos de tiempo de cada administración, como tampoco lo hecho por otras operatorias.


Continuará…

II Parte

Arq. Susana Salvatierra


Febrero 2011



Cuando una familia logra cierta estabilidad en sus ingresos, invierte el fruto de su esfuerzo en su cobijo, Su Casa, sea para mejorarla material y legalmente o para adquirirla. Pertenecer a un lugar, a un barrio, a una comunidad, son parte de su ser en la vida. La lógica inversa de este comportamiento, es lo que comienza desde los ’90, alcanzando su pico máximo del 2000 al 2003. Las familias ponen todos los esfuerzos en el sustento diario. En las zonas urbanas, el desempleo, el empleo informal y mal pago, condicionan negativamente al mantenimiento de una vivienda digna. La gestión del hábitat en los tiempos de la devaluación, como otros temas de Estado, se desarrolla en el marco de mecanismos de corrupción, favorecido por el marco legal y los laberintos administrativos –cuya edad de oro fueron los ’90- como algunas disposiciones legales por las que, de las partidas presupuestarias provinciales, se podía disponer del 50% -y hasta un 75%- sin rendición posterior .

La situación socio-habitacional alcanza lamentables niveles históricos. Del Censo 2001 se sabe que, el 14% de hogares pertenecían a población NBI, que el 24% de hogares habitaban en condiciones deficitarias , que por estos años la desocupación ronda el 17% del total de la población activa. La mitad de los hogares deficitarios corresponda a familias con NBI, pero la otra mitad se compone de la clase media baja empobrecida.

De 2001 a 2003, las varias administraciones se limitan a frenar los efectos de la crisis político-económica sobre la población, siguiendo el oráculo de organismos internacionales, no sin grandes presiones. Lamentablemente el daño, que ya era profundo y estructural, amplió su radio de influencia, sumiendo en la miseria a nuevos hogares. Se resigna la inversión en vivienda desde la obra privada, como desde la pública. Las respuestas del Estado generaron situaciones de mayor dependencia de los sectores más vulnerables, quitando el valor humano al trabajo, promoviendo el modelo de ciudadanos pobres, sin recursos para su superación, esclavos del clientelismo político, los excluidos de la sociedad para los que la vivienda era algo que no les había tocado en suerte. Una nueva generación desaparecida, exenta de la dignidad de los derechos constitucionales. En mayo de 2003, el país contaba con un 22% desempleo y los hogares en situación NBI llegaron casi al 40%. En ese contexto asume la presidencia Néstor Kirchner.

Reconociendo la compleja situación socio-habitacional, la nueva administración se propone soluciones urgentes para la población más vulnerable, pero el marco era de una economía en crisis y en un esquema administrativo que no favorecía para la magnitud de lo que había que atender. Entonces, se ve una oportunidad: atacar el déficit habitacional conjuntamente con bajar los niveles de desempleo, concientes de que cualquier inversión en vivienda, genera resultados positivos a corto y mediano plazo y produce impactos superadores a nivel social. Así, se diseña un modelo de gestión socio habitacional, basado en los datos del Censo 2001 y como parte de una compleja red de obra pública. El esquema administrativo se modifica creando el Ministerio de Planificación y Servicios, en donde se ubica la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda –hasta nuestros días- volviendo a concentrar las operatorias, fortaleciendo la gestión de dicho organismo nacional y de un sistema federal de vivienda, replicando este esquema en las provincias, que en la mayoría de los casos cuentan con entes autárquicos dedicados a la vivienda y al desarrollo urbano.

En esta coyuntura, gracias a los datos del Censo 2001 y a los de la Encuesta de Condiciones de Vida 2001, la acción política se orienta a la atención del 79% de los hogares deficitarios, correspondiente a familias de bajos y medio bajos recursos. En el 2004 se ponen en marcha el Plan Federal de Viviendas y, de forma sucesiva, veinticinco operatorias más, entre programas existentes y nuevos, que abarcan la diversidad de situaciones: falta de vivienda, vivienda precaria, en mal estado, con falencia de servicios, hacinamiento, tenencia irregular, pérdida de vivienda por catástrofe, vivienda rural, para comunidades de pueblos originarios, villas de emergencia. Se abre la participación de organizaciones sociales: cooperativas, asociaciones, grupos religiosos, organizaciones de base, que se ajustan a la formalidad de los programas, madurando como organización social, fortaleciendo su autonomía, mejorando las condiciones de vida de sus integrantes y vecinos, y recomponiendo lazos sociales basados en la dignidad y la solidaridad. Ejemplo de esto son La Tupac y Misión Sueños Compartidos, entre muchas otras en todo el país. En 2005, los programas Federales de Emergencia Habitacional y de Solidaridad Habitacional, son la punta de lanza de los objetivos planteados de contribuir al empleo y la mejora de las condiciones de habitabilidad. Los programas son financiados parcialmente por organismos internacionales, en su mayoría, pero a medida que el PBI muestra niveles de notoria mejoría, se plantea la regularización del fondo de recupero de viviendas –formado principalmente por las cuotas que los propietarios deben abonar- recaudando montos que se reinvierten en obras.

En cuanto a la formalidad, para acceder a los programas, cada gobernador de provincia firma el Convenio Marco con la Nación. Luego, se presentan los proyectos de obra para cada programa solicitado, una vez aprobados, se formalizan convenios particulares, explicitando cantidad, tipos, modos, plazos y montos de obra, y en algunos programas, los datos de las familias a beneficiar. De alguna manera, el modelo formal obliga a la presencia del gobierno local en la búsqueda de la solución habitacional y a la rendición de cuentas de los fondos.

Ante la falta de datos procesados del censo 2010, no se puede estimar los resultados de esta política desde 2003 al 2007. Se puede arriesgar que, según los datos consignados por el monitoreo de la gestión, que, por un lado, de la inversión prevista se pagó –ejecutó- el 70% hasta el 2007, cuyo saldo positivo se suma al plan de obras del gobierno de Cristina Fernández; por otro lado, la política de vivienda puso sobre tablas el estado real de la crisis sobre la población y sobre la administración del Estado, muy deteriorada para hacer frente a los grandes desafíos que se plantean desde el 2003, rediseñando la gestión y las competencias de muchos sectores de la administración nacional. La agudeza de Néstor Kirchner y su equipo para proponer y acompañar cambios profundos en la administración nacional de la obra pública -que si bien no llegaron aún a algunos reductos de provincias que continúan con esquemas de inmobiliarias y empresas constructoras particulares- sacó de la inercia a los recursos del Estado y los puso al servicio de los que habían pagado el precio de la obscena fiesta de la pizza con champán y el sushi.

¿Lo que falta? Son demasiados los temas que se plantean como prioritarios. Quizás, el principal sea generar los cambios legales y administrativos para que lo logrado hasta aquí, se sostenga en el tiempo y a pesar de los gobiernos. Un ejemplo de la necesidad y la urgencia de esto, es lo sucedido en CABA, con Villa Soldati y la absoluta ausencia del Estado local en la responsabilidad de la vivienda y el hábitat social. Pensemos, dentro de los mismos derechos humanos garantizados por la Constitución ¿qué sucedería si algún gobernante considera que los pobladores de su jurisdicción no necesitan la BCG? ¿O la educación secundaria pública? En esos mismos términos de importancia se encuentra la vivienda y el hábitat.

Luego, y aprovechando los canales de participación a organizaciones de base, repensar como sociedad cuál es el sentido de la propiedad privada en nuestro país y cuál sería una situación superadora a la actual, la que a pesar de los gobiernos y las políticas, sigue alimentando las fortunas de unos cuantos gracias a la especulación inmobiliaria.

También sería deseable fortalecer aquellos programas que permiten la intervención directa de los futuros propietarios, el diseño participativo, la autoconstrucción asistida, los créditos sociales, porque, como lo afirman numerosos autores, las ciudades crecen sin necesidad de arquitectos, y agregaría, ni de empresas constructoras. En este sentido, la clase media se favoreció con líneas de crédito accesibles para invertir en su propiedad y bienes, sumando en el del circuito productivo de la construcción.

Finalmente, por un interés personal, pero también porque considero una deuda histórica, una política de vivienda que contemple la elección de vivir en zonas rurales. Nuestro país presume de su producción agrícola-ganadera y de las grandes extensiones de territorio, pero el éxodo del campo no ha cesado -la posibilidad de tener algo propio y progresar está ilusoriamente asociada a la ciudad- y los conflictos con las comunidades de pueblos originarios han cobrado demasiadas vidas en éstos últimos años.

Considero que, con todo lo hecho hasta aquí desde el 2003, estos puntos de agenda son más que alcanzables, las condiciones de base están dadas y lo que se haga en este sentido fortalecerá esta política socio habitacional pensada para la mayoría.

A modo de cierre: quiero agradecer a Néstor Kirchner por haberme dado la posibilidad de devolver con mi trabajo desde el Estado, de alguna manera, a una parte de los argentinos que pagaron por mi educación pública y gratuita, para que tuviera la oportunidad que muchos de sus hijos no tuvieron: ser una profesional y

lunes, 7 de febrero de 2011

GORILAS DE VISITA


Hace pocas horas ,estuvo en la provincia el Senador Nacional de la UCR, Ernesto Sanz,en gira proselitista para las internas partidarias.En las declaraciones de prensa,tuvo expresiones hacia el gobierno nacional,que son una acabada sìntesis del pensamiento gorila ,antinacional y antiobrero que anima a este candidato a disputarle la interna al caricaturesco y bizarro hijo del Tribuno de Chascomùs.
En su afàn de arrimar a los sectores mas reaccionarios del centenario partido, utilizò el tìpico lenguaje cavernicola de sus antecesores.Por ello, la emprendiò contra lo que con razòn sisualizan como el mas grande apoyo del gobierno de Cristina, que es el Movimiento Obrero y sus organizaciones. 
"el gobierno no puede avanzar en el pacto social ,porque se lo impide el gremialista,el monstruo que crearon los propios kirschneristas",expresò.
Y a continuación la emprendiò contra ,"los que sin ser gremialistas, los defienden, como el dr Recalde ".
Igual que las patronales multinacionales y  nativas, vampiros de obreros, prefieren un pais sin sindicatos,sin leyes laborales que protejan a los trabajadores de los abusos, ,la discusiòn paritaria de los salarios, la seguridad e higiene del trabajo,la seguridad social y previsional, prefieren que no haya reglas de juego, de modo tal que continúen la explotación esclavista de los obreros en las fàbricas textiles o en trabajo agrario , como se viene descubriendo en estos dìas,a manos de los terratenientes.
Igual que Raúl Alfonsin denunciaba en su campaña  de 1983,un inexistente pacto sindical-militar,y arrancaba su gestión presidencial con un proyecto de Ley de llamada de Reordenamiento Sindical, que no era otra cosa que un nuevo intento de quitarle a los trabajadores el manejo se sus asociaciones profesionales,en un modelo actualizado de la legislaciòn antiobrera de la revoluciòn Libertadora, mientras el radicalismo con sus afiliados ocupaba las intendencias , gobernaciones y embajadas de la Dictadura de Videla, Martinez de Hoz.
Responsables junto a la Dictadura y el menemismo, el gobierno de dDe la Rua,corruptor de legisladores con la banelco,represor y asesino en Plaza de mayo en las jornadas del 20 de diciembre del 2001,ni se ruborizan cuando difaman al gobierno que recuperò al pais ,desde el borde de la disoluciòn nacional, a el actual modelo de producciòn y distribución del ingreso con inclusiòn social. Por supuesto que para hacerlo,ekl mayor apoyo lo tuvo y lo tendrà en el Movimiento Obrero,en sus organizacines centralizadas,con participaciòn en las utilidades de las Empresas y el gradual recupero de la legislaciòn arrasada durante el menemismo. Y en ello, desempeñó un rol importante como asesor de la CGT antes y como actual legislador nacional el Dr Recalde,honorable defensor de los intereses de los trabajadores.a quienes acompañò a lo largo de los años ,sin sucumbir ante los jefes corruptos como Cavalleri, Lezcano,Triacca y demàs,.que hicieron durante el menemismo, el mismo trabajo sucio que hace ahora jerònimo Benegas, jefe de Trabajadores Rurales, y que comparte la mesa con los explotadores de la sociedad Rural, junto a  Carriò,Duhalde, Solà y donde los dirigentes parecen sentirse muy còmodos.
 Nuevamente, como en todos los momentos crìticos de la historia, los trabajadores y el Movimiento Obrero, daràn ejemplo de coherencia, y se expresaràn en defensa del gobierno de Cristina, cuya reprsentatividad está a la vista, no obstante la campaña infame de la gran prensa comercial y los medios televisivos conspiradores, en donde es tan frecuentemente invitados Ernesto Sanz.


                                                                                                                                 Jorge Lacroix

jueves, 27 de enero de 2011

NUESTRO HOMENAJE A TRES MESES SIN NESTOR

"Mi tumba no anden buscando,

porque no la encontrarán,

mis manos son las que van

en otras manos tirando.


Mi voz la que va gritando,

mi sueño el que sigue entero,

y sepan que sólo muero,

si ustedes van aflojando.

Porque el que murió peleando,

vive en cada compañero."

domingo, 23 de enero de 2011

LA VIVIENDA SOCIAL ARGENTINA (Primera parte).

                            La Vivienda Social Argentina.
                    Entre el hacer y el no hacer del Estado.



I Parte

                                                                                                                          
                                                                                                                    Arq. Susana Salvatierra
                                                                                                                 Comisión de Desarrollo Social
                                                                                                                CARTA ABIERTA TUCUMAN

                                                                                                                                        Enero 2011



Es altamente probable que, los que lean este artículo, habiten en una vivienda. Redondeando, unos serán parte del 9% que alquilan, otros del 76% propietario. Existe un 14% cuya situación no está dentro de las anteriores -y que quizás coincida con el 14% de población NBI- Especialmente para ellos va dedicado lo que sigue.



Cuando pensamos en vivienda, ¿qué viene a la mente? Quizás una imagen de casa, asociada con lo afectivo, lo vivido: la casa de la familia, de los abuelos, la de fin de semana, lo que no tiene precio en el mercado. Para muchos habitantes del país la casa queda en el umbral de lo ideal, la casa de mis sueños. Y es que, para nuestra cultura latinoamericana, la vivienda es y significa un gran logro cuando se piensa en trascender la propia existencia, en echar raíces, sólo superado por el logro de poder dejar a cada hijo la suya propia. La vivienda es el lugar de la intimidad, de libertad, de los afectos, del descanso, de la familia. La mayor parte del esfuerzo de una persona durante su vida es invertido en su vivienda.

La vivienda social como tema de Estado, desde su aparición formal, no ha cumplido un siglo y de política continua, ni 10 años. Una política de vivienda es fundamental si lo que se persigue es una sociedad justa, inclusiva y democrática.

Por ello, el rol del Estado, en materia de vivienda y hábitat, es esencial. Durante todo el siglo XX, los gobiernos oscilaron entre hacer o no hacer, arribando en 2003 a un panorama habitacional de grave deterioro estructural y con urgencia de soluciones a corto plazo. En esta breve reseña de una parte de la historia Argentina, enfocaré en el rol del Estado en materia de vivienda social, a fin de difundir algunos hechos puntuales, rastrear los inicios de ciertos aspectos que considero importantes en la actualidad y aportar herramientas teóricas para repensar y profundizar el proyecto nacional y popular. La vivienda y el hábitat son necesarios, irreemplazables e inherentes a la persona por su condición de ser humano y por eso el Estado debe garantizar a todos los habitantes los medios para acceder a una vivienda digna, si lo que se persigue es una sociedad inclusiva, justa, igualitaria y democrática. ¿Será acaso que, la vivienda y el hábitat, requieren un lugar en el Estado como lo tiene la salud, la educación y el trabajo?

Hasta mediados del siglo XIX las formas de vida de los diferentes sectores sociales, no se diferenciaban demasiado, panorama que cambia abruptamente con la llegada de la masa de inmigrantes. La política del joven Estado nacional, de libre juego de oferta y demanda, construye los hoteles de inmigrantes, donde pueden permanecer corto tiempo, hasta conseguir empleo. La obra pública esta abocada a la construcción de edificios institucionales para la nueva Nación y a la explotación agrícola-ganadera de la pampa húmeda. Así, en las ciudades, prosperan los dueños de casas de renta y conventillos, sin organismos de control que garanticen condiciones básicas de habitabilidad y que regulen los alquileres. En el ámbito rural, siguiendo la práctica de los conquistadores españoles, el Estado cede la tierra vacante –en grandes extensiones- a personas con capital para invertir, afirmándose la estructura del latifundio. Algunos de estos terratenientes, como parte de las instalaciones de producción, construyen alojamientos para la peonada, como en los pueblos de los ingenios azucareros. El Estado pone a disposición las fuerzas de seguridad para el cuidado del capital privado. En este panorama, hacinamiento, insalubridad, alquileres desmedidos, estafas y explotación, son el paisaje cotidiano del obrero y el peón de campo y, como es lógico, expresan su descontento. Los conservadores en el gobierno responden con la ley de Casas Baratas (1905/1945), la promoción al cooperativismo y el apoyo a acciones filantrópicas de empresarios constructores sensibilizados por la problemática o las, menos exitosas, buenas intenciones de las damas de la sociedad de beneficencia, quienes asistían a obreros ejemplares, alquilándoles viviendas mientras residieran con su familia, conservaran el trabajo y cumplieran con la higiene y cuidado de la propiedad, además de otras normas de vida por ellas impuestas.

Con la Ley Caferata (1915) los radicales intentan dar respuesta al ya grave déficit habitacional. La oposición conservadora limitó la cantidad pero no la alta calidad de lo poco realizado. Un ejemplo, el paradigmático conjunto Los Andes (1928) donde el arq. Beretervide propone para la vivienda social espacios comunes de gran calidad, planteando los conceptos de barrio y comunidad como parte del tema de diseño.

Ahora bien, lo hecho hasta aquí es imposible de comparar, cuantitativa y cualitativamente, con lo que se realiza en el 1º y 2º gobierno del Gral. Perón. Él y Evita presumían de producir 17.000 viviendas/año. Y es que había una gran necesidad. Por primera vez, las acciones en materia de vivienda están coordinadas en una política favorable a la mayoría: el Estado benefactor pone a la vivienda en su función social y con rango derecho constitucional . Deja sin efecto la ley de Casas Baratas, las acciones cooperativistas y demás, tomando el Estado la responsabilidad de la producción de vivienda social. El 1º Plan Quinquenal es un hito para el hábitat popular, abarcando a todos los asalariados con mejoras concretas en su calidad de vida. La cantidad de propietarios crece exponencialmente, se otorgan créditos directos a trabajadores, al ser una política de Estado, se generaliza en todo el país. Los debates por entonces giraban alrededor de cuál estilo se debería adherir: chalet californiano o vivienda colectiva moderna , quedaba fuera de discusión si hacer o no hacer. Hasta nuestros días, no se conoce una política de vivienda semejante.

Lo que sigue después, va atado a los vaivenes de las numerosas administraciones, mayoritariamente conservadoras. En los ’60, la remake del libre juego de la oferta y la demanda produce: especulación inmobiliaria, liberación de los precios de las viviendas, aumento de la densidad habitacional, sacrificando la escala barrial, la vida en comunidad, la calidad constructiva y del ambiente. A este período pertenece Villa Lugano, por ejemplo . Un gran número de habitantes que migran desde el interior a las ciudades en busca de trabajo, quedan excluidos del acceso a la vivienda y terminan asentándose en la periferia, a veces asistidos por instituciones autónomas. A fines de los ’60, el Estado organiza esos esfuerzos particulares bajo los planes de Erradicación de Villas de Emergencia y Viviendas Económicas Argentinas. Durante el gobierno peronista de los ’70 en materia de vivienda se produce muy poco. El FONAVI entra en largo período de dudosas inversiones y de mala calidad constructiva. En 1975, en el marco del operativo independencia en Tucumán, se construyen 4 pueblos: Berdina, Maldonado, Cáceres y Moya, con población rural de la zona, separados de otros centros urbanos, el urbanismo de la lucha contra la subversión: …” Donde antes se necesitaba el ejército para controlar la población, hoy sólo con un destacamento de policía es suficiente” …

Durante la dictadura militar, además del genocidio, la oligarquía terrateniente y las corporaciones nacionales e internacionales, deciden que la vivienda social es secundaria a los intereses de la Nación. El FONAVI es manejado a libre criterio de cada administrador provincial.

Con la vuelta a la democracia, la política de vivienda social se nutre de nuevas teorías, se interviene en pequeña escala -unas 200 viviendas por conjunto- se baja la densidad de población y se prioriza al interior del país. La hiperinflación, cierra este período casi siete años.

Durante el neoliberalismo de los ‘90, una vez más, el Estado opta por el juego de la oferta y la demanda. En el marco del remate de las empresas del Estado, el Banco Hipotecario de la Nación Argentina recupera su rentabilidad, gracias a los créditos para vivienda tomados por la clase media. Entonces el gobierno cipayo decide privatizarlo, con resultados nefastos para la mayoría de los habitantes, como el resto de los negociados. Dos fenómenos son destacables en materia de vivienda: por un lado, la vivienda entra en el mercado de la especulación, llegando al precio de un auto 0km; por otro lado, las clases altas comienzan a ocupar los escasos lotes vacante del centro de la ciudad con edificios de alta gama y, paralelamente, la periferia de las ciudades, zonas semirurales de bajo costo, en donde los pobladores han logrado un humilde modo de subsistencia. Los nuevos inversores construyen barrios cerrados y countries, de baja densidad de población, con el apoyo del Estado que dota la infraestructura necesaria y las excepciones al código de edificación, se eleva el precio inmobiliario de zonas deprimidas , expulsando a los humildes que ahora no puede acceder a la ciudad ni a su periferia. Este proceso aún continúa creciendo y sin límite. En cuanto a la vivienda social, los conjuntos de pocas unidades se realizan combinando esfuerzos sectoriales –gremios, mutuales- y fondos estatales -que a su vez provienen de organismos internacionales- El FONAVI aumenta la cantidad de viviendas construidas en las ciudades. La vivienda social es otro de los circuitos de corrupción y, al parecer difícil de erradicar. La baja calidad de vivienda y hábitat es lo habitual para lo que se construyen en esos años.

Desde 1976 al 2002, del total de vivienda social producida en too el país por FONAVI se registra 16,5% durante la dictadura, 26,10% durante en Gobierno Radical, 49,40% durante el neoliberalismo y un 11% en el breve gobierno de la Alianza. Los porcentajes no expresan la calidad de vivienda –en los estándares oficiales de calidad de construcción de vivienda social, la aislación hidrotérmica es requerimiento desde el año 2000- ni vinculan los períodos de tiempo de cada administración, como tampoco lo hecho por otras operatorias.



Continuará…


Rep con CARTA ABIERTA TUCUMÁN

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Invitado por la LIBRERÍA EL GRIEGO y la A.P.T. pintó un mural en la Peatonal