martes, 2 de diciembre de 2008

El Capitalismo posible hoy hay que teñirlo de socialismo


Aportes críticos a la economía

En todo el mundo, pero por sobre todo en este continente, se puso al desnudo que hubo una inversión de medios y fines en el capitalismo, marcado con fuerza desde los neoliberales de la “Escuela de Washington” en adelante.Pasó el dinero de medida de intercambio a primer capital acumulable. El dinero dejó de representar un valor para pasar a ser un valor en si mismo, y medida de acumulación de riqueza.Los bienes de capital cedieron paso a un proceso de acumulación de papeles y títulos no productivos; generando, además, una de las contracciones económicas financieras más fuertes desde la crisis del patrón oro.En este punto comenzaremos a mirar al futuro y lo haremos seriamente.America Latina no debe mantener el nivel de acumulación de capital en la forma sucintamente descripta fortaleciendo el mercado de capitales, pues al hacerlo genera un círculo vicioso, que, indefectiblemente, termina en crisis económica. La no inversión en el mercado productivo, por la acumulación en el mercado financiero, contrae la demanda por el desplazamiento de capitales sin generación de riquezas, que se ve agudizada por la menor liquidez, con la consiguiente disminución de la demanda.Si quisiéramos mantener los niveles de acumulación no productiva solo se podría hacer –y así fue- por medio de endeudamiento y con el aumento exponencial de la desigual distribución de las riquezas.Por lo antes dicho, la posibilidad de crecimiento sostenido, productivo y real, sin endeudamiento y con menor costo social solo es posible mediante el incentivo al proceso de industrialización en desmedro del capital usurero del juego de la bicicleta financiera.La puja costo de producción versus intereses debe resolverse a favor del primero y para hacerlo el Estado deberá regular ambos escenarios.Ciertas críticas pueden arrogarse contra tal postulado que pronto resolveremos.Lo cierto es que el equilibrio es logrado por el aumento en la demanda agregada, que, a su vez, se traduce en un aumento en la producción, por la necesidad de la oferta de responder a las nuevas exigencias del mercado, signadas desde los nuevos valores adoptados por la demanda global.Para que sea paralelo el aumento en la tasa de empleo, sin producirse la acumulación de capitales sin reinversión, pujaremos por mantener, desde el Estado, un sistema de plus valor del dinero, en forma de interés, exiguo con la fijación por el Banco Central -y demás entidades bancarias, financieras y de crédito oficiales- de los límites de este último según, principalmente, el tipo de cuenta, el monto y el tiempo.Es para entonces que equiparamos la balanza por los niveles de reinversión, y se hará de forma indirecta por el aumento o disminución de las expectativas de obtención de beneficios por el capital financiero.Resumiendo, el Estado regula a mayor capital productivo mayor generación de plusvalía relativa (por la correlativa reducción de la financiera).A la par, la expansión de las fronteras de la producción conllevan a una expansión de igual índole de la recaudación impositiva, controlada por una política que aumente el consumo, sin impuestos recesivos en la demanda, pero, tampoco, asfixiando la oferta que en su caso se volcaría nuevamente al mercado de capitales. Postulémoslo de la siguiente manera: aumentará en cantidad antes que en calidad.En ese instante si a la política fiscal interna le añadimos una política fiscal de intervención directa y diferenciada en el binomio exportación-importación (comercio exterior), no solo habremos logrado la puesta en marcha del aparato productivo nacional con aumento de las expectativas de pleno empleo, sino también un superávit tal que podrá reorientarse por el mercado de capitales, utilizando para este propósito el banco Central y los bancos oficiales, en forma de créditos de bajo costo a la pequeña y mediana industria y el consumo diferenciado, se habrá alentado la industrialización por sustitución de importaciones con bajo endeudamiento y evitado la recesión que la falta de empréstitos privados podría generar.A las porciones del superávit excedente sobrante la dividiremos en dos; una mantendrá el nivel de demanda agregada (en una segunda etapa la educación en todos sus niveles debe fomentarse en aras de responder desde la ciencia y la técnica a una demanda que irá refinándose conforma aumento la expectativa de consumo); la restante se destinará a mantener un tipo de cambio competitivo, como segundo pilar (el primero era por política fiscal) sobre el que se asentará la relación exportación-importación.Aparecerá la “libertad”, como un valor social de construcción arbitraria y, a veces más o menos convencional; gran entelequia desde la cual algún político neoliberal echará la crítica mediática al decir que el Estado debe responder al principio de subsidiaridad y dejar a los capitales privados construir en competencia el mercado.La verdad estamos de acuerdo, con una sola aclaración: la subsidiaridad y la intervención están marcadas por la relación demanda-necesidad con su satisfacción por capitales privados. Cuando la oferta relativa disminuya en relación a la demanda global deberá aumentar la intervención estatal comercial y productiva en forma proporcional a aquel defasaje reestableciendo el orden económico-social.Salvada la superestructura, al capital privado extranjero se lo debe llevar a concretar el ideal de un juego de suma positiva –ni siquiera cero- en la relación: primera inversión-beneficio-reinversión menos exportación de ganancias-nuevos beneficios y así sucesivamente. O sea, la inversión no debe ser en el aparato productivo, la herramienta de especulación por la diferencia inversión-exportaron de beneficios. Para evitarlo las barreras de aduana se harán no solo sobre bienes y servicios, si no también sobre derechos y capitales.Siguiendo la línea de planteos, para la relación exportación menos importación y producto bruto interno el estado debe mantener una barrera de contralor en todos los niveles de ingresos y egresos (INFRE- Ingreso Neto de los Factores Recibidos del Exterior: salarios, rentas y beneficios), y obtener el Producto Nacional Interno real, nunca nominal, siempre con la intervención en los flujos de liquidez que le permita equilibrar el precio real-relativo con el valor del dinero y su incidencia en el consumo, logrando de esta forma anular las tendencias inflacionarias que tal liquidez quiera despertar.Finalmente diremos que: el Productivo Nacional Interno relativo más un porcentaje estimativo de la actividad informal a la que sumaremos la relación del flujo de capitales en el marco del INFRE nos arrojará el PBN relativo global. A este indicador macroeconómico y, quizás, distante de la realidad, lo analizaremos incorporando dos variables que nos permitan apreciar la justicia del sistema social asentado en este modelo de económico, estas serán el PNI relativo per capita -esta media (X) medida de posición de la población nos indicará la distribución más igualitaria a la que el sistema puede apuntar. La segunda es el recorrido -como medida de dispersión que obtendremos de la diferencia entre el mayor ingreso individual total y el menor nivel del mismo- que nos permite cuantificar la dispersión de la distribución ideal.De los parámetros obtenidos y la comparación entre PNI relativo per capita y la brecha entre ricos y pobres consolidaremos la estocada final, adecuando la relación estructura y superestructura con una política más fuerte en lo que a distribución de las riquezas refiere.
Juan Manuel Frangoulis

3 comentarios:

Jorge Lacroix dijo...

Buen trabajo teòrico. En resumen,las tareas que plantea pendientes son 1)nacionalizaciòn de la banca y los depòsitos.2)Monopolio estatal del comercio exterior. 3)transferencia de la renta agraria a la inversiòn industrial.
Quiero aclarar que todas ellas, son tareas nacionales, democràtico burguesas, y que deberìa llevar a cabo la burguesìa nacional.el problema es que la burguesìa nacional en niuestro pais, o quebrò por las polìticas econòmicas de los ùltimos cuarenta años, o lo mas posible, se pasò albando de la especulaciòn financiera. Es por ello que necesariamente el Estado es quien deberà cumplir esas tareas pendientes.
Pero no hay que confundir eso con el socialismo,pues se corre el gran riesgo,ya repetido, de ,en nombre ede un izquiedismo abstracto,objetivamento hacer un rol antinacional y criticar o combatir ,digamos desde la izquierda , a un gobierno nacional, como este, que en la medida que puede, y no siempre quiere,se enfrenta al imperialismo.
Ninguna clase social podrà por si misma enfrentar con exito al imperialismo.Es necesario para ello la constituciòn de un Frente Nacional, de clases oprimidas,paraenfrentar a otro bloque de clases antinacionales, y sometoda a la colonizaciòn cultural. esto lo vimos en el conflicto con el agrarismo,donde, al margen de los errores del gobierno,la dependencia cultural y el terrorismo de los medios, hizo lo suyo.
Lo que Ghavez llama Socialismo del siglo XXI, no es otra cosa que el desarrollo autocentrado de la economìa,tal como en tèrminos generales los llevara adelante Pewròn hacemedio mas de sesenta años.
El socialismo supone en primer lugar ,la afectaciòn de la propiedad privada de los medios de producciòn.
confundir estos conceptos nos expone a los riesgos de arrastrar tras estas banderas, a las clases medias,tal como pasò no hace muchos años con las dramàticas consecuencias que conocimos .
En todo caso, se deberìa titular:Al intento desarrollista hay que profundizarlo con una clara actitud antiimperialista y latinoamericana.

Organizacion "Paco Urondo" dijo...

Me parecen acertadas a medias las sugerencias, puesto que a mi entender, tal como se trasluce del comentario, no se entendió muy bien el humilde aporte que intente hacer.
Primero, por las tensiones sociales a la que con éxito –por lo visto- nos empujó la derecha, en este último tiempo parece que hemos quedado miopes a la hora de proponer un APOYO (con mayúscula) pero crítico, presentando siempre el intentó de un paso firme y superador.
“Cuando la fortaleza esta asediada cualquier duda es traición”, es cierto, por eso son a portes. Debo, además, ponerme contento, pues a mi humilde entender, las últimas medidas que el Gobierno Nacional ha tomado coinciden ideológica y teóricamente con la línea del escrito de mi autoria.
Sin embargo, más allá de la mera discusión teórica abstracta, de dudoso valor, con respecto a algunos conceptos vertidos en el comentario de J.L. quisiese aclarar; intentando a partir del debate aprender y sumar elementos para la discusión.
Pensar en la burguesía nacional como agente de cambio es improbable y, a mi entender, un poco teñido de ilusión. La burguesía por el lugar que ocupa en el momento histórico que la humanidad atraviesa (por cierto no natural, si histórica y bastante corto en relación a otros momentos de nuestra historia humana) en función de su relación con los medios de producción y la superestructura que acompaña al actual modo de acumulación. Si comparto la idea de que debe sumarse a un gobierno nacional y popular, y hacerlo incluso en beneficio propio y no por solo altruismo, por fortalecer un modelo de desarrollo con fundamento interno-sustentable que aumenta progresivamente su expectativa de renta.
Con respecto a que en nombre de la izquierda se llegué a ser antinacional es una inquietud que comparto, pero si se relee el escrito en cuestión con más atención, se verá que de hecho la propuesta es justamente fortalecer el mercado interno, desde el Estado como agente de cambio y fortalecimiento de las instituciones económicas y políticas. Espero que no se confunda mi artículo con una postura “gorila”, pues gran parte del desarrollo del mismo es netamente respaldado por la historia nacional, sobre todo peronista, quizás con un acento más en la función del banco central y el mercado financiero.
Por último, el más acérrimo de los liberales –de Smith a la fecha- negará el rol del Estado como agente de cambio, pues se ve al mismo como gendarme (o a lo sumo “subsidiario” que es bastante parecido), pero recuperar el papel del Estado como factor central del cambio, al modificar las formas de acumulación y los modos de producción con un sistema de distribución de riqueza que evité la total alienación capitalista. De hecho si se lee a Marx y Keynes con atención se verá como ambos, en concepciones ideológicas distintas recuperan al Estado; en Marx, en lo que en socialismo se refiere, el socialismo es aún capitalismo pero en transición al comunismo, y se hace desde el Estado mismo en un esquema de superestructura que denomina “dictadura del proletariado”.
Tengamos cuidado en ver a la historia y su devenir como una serie de diapositivas o fotos aisladas –muy común en nuestra colonial formación devenida de la ilustración europea, la historia es, más bien, una película. Aquí encontramos el fundamento del socialismo, no como estadio en sí mismo, sino como una etapa en transición parte de un proceso.
Por lo antes dicho, primero me embarcó en una línea nacional y popular que el gobierno nacional comenzó y creo que se puede profundizar; segundo el socialismo es usado desde la modificación de la estructura de la relación medios de producción y clase social, prestando atención a la redistribución de la plusvalía, con el intento de evitar la alienación. Tercero el socialismo del siglo XXI del que habla Chávez es el que diferentes gobiernos latinoamericanos están impulsando (entre otros el nuestro), que es consecuencia de la necesaria contextualización de las ideas.
Juan Manuel Frangoulis

Jorge Lacroix dijo...

De nuevo la confusiòn de las tareas històricas. Comparto plenemnet que esperarque la burguesìa nacional asuma un compromiso revolucionario, es ilusorio.
Burguesìa que naciò tarde a la Historia, como la de nuestras republicas sudamenricanas,por su poca fuerza ,y su permanente cladicaciòn ante las fuerzas del imperialismo,solo puede esperarse fracasos,tales como los intentos desarollistas dela dècada del 60.
Es justamente por ello, que es el Estado quien debe asumir dichas tareas ,que siendo nacional burguesas por sus caracterìsticas,no seràn llevadas a cabo por empresariado,sino por quien encarne sus intereses,el Estado Nacional.
Pero siguen siendo tareas nacionales, e insisto, lo del socialismo del siglo XXI, es el desarroolllo autocentrado de la economìa.
De todas maneras, el triunfo ante las potencias imperiales y sus aliados nativos solo serà posible si ese gran Frente Nacional es conducido por los Trabajadores,es decir, el socialismo.
Esta relaciòn dialèctica entre las tareas nacionales y la posibilidad de coronar su realizaciòn,solo seràn posibles con el Socialismo.De allì la naturaleza del llamado apoyo crìtico.


Rep con CARTA ABIERTA TUCUMÁN

Rep con CARTA ABIERTA TUCUMÁN
Invitado por la LIBRERÍA EL GRIEGO y la A.P.T. pintó un mural en la Peatonal